Según un nuevo estudio realizado en Reino Unido, un mayor consumo de ácidos grasos omega-3 reduce la incidencia o retrasa la aparición de depresión causada por interferón-alfa en pacientes tratados por hepatitis C.
En el ensayo controlado aleatorizado, 152 pacientes con hepatitis C recibieron durante 2 semanas un tratamiento con ácido eicosapentanoico (EPA), ácido docosahexaenoico (DHA) o placebo (1). Tras el tratamiento de 2 semanas, los pacientes recibieron tratamiento con interferón-alfa durante 24 semanas y se evaluó la incidencia de depresión entre ellos en varias ocasiones. Los resultados del estudio mostraron que el tratamiento con EPA, pero no con DHA o placebo, disminuyó la incidencia de depresión causada por interferón-alfa en aproximadamente un 30 a 10 %. Además, tanto el EPA como el DHA retrasaron la aparición de la depresión. Los participantes toleraron bien ambos ácidos grasos omega-3 y no presentaron efectos secundarios serios.
Los investigadores comentaron que estos nuevos datos afianzan el prometedor papel de los ácidos grasos omega-3 en la prevención de la depresión y complementan otros estudios que muestran que los ácidos grasos omega-3 mejoran el tratamiento antidepresivo. Investigaciones recientes mostraron que personas con unos niveles bajos de EPA sufrían mayor riesgo de contraer depresión; por lo tanto, un consumo mayor de ácidos grasos omega-3 podría reestablecer la capacidad natural de protección antiinflamatoria del cuerpo y así proteger a los pacientes de una recaída depresiva cuando se produzca la inflamación.