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Los ácidos grasos omega-3 pueden beneficiar a los pacientes con artritis reumatoide

Publicado

28 mayo 2012

Según una nueva revisión de estudios realizada en el Reino Unido, el aumento del consumo de ácidos grasos omega-3 marinos puede reducir la inflamación y el dolor de las articulaciones en los pacientes con artritis reumatoide.

La revisión sistemática incluyó 23 ensayos aleatorizados controlados que habían evaluado los efectos que tuvo en diferentes aspectos de las respuestas inmunes relacionadas con la artritis reumatoide (AR) y los síntomas de la enfermedad una media de 3 gramos de ácido eicosapentaenoico (EPA) y ácido docosahe-xaenoico (DHA) al día (principalmente como suplementos de aceite de pescado) en un periodo de tiempo de entre 4 y 52 semanas (1). Un metaanálisis mostró que los pacientes con AR que recibieron EPA y DHA experimentaron beneficios estadísticamente significativos en comparación con el grupo del placebo, por ejemplo en la reducción de la inflamación y el dolor de articulaciones, en la duración de la rigidez matinal y en el consumo de medicamentos antiinflamatorios. Los ácidos grasos omega-3 descendieron la producción de mediadores inflamatorios y contribuyeron a la producción de moléculas menos inflamatorias y de moléculas que combaten la inflamación.

Los investigadores comentaron que los metaanálisis mostraron beneficios significativos pero modestos, puesto que dichos beneficios no se repitieron de forma constante en todos los estudios. Probablemente, las razones de la falta de coherencia de los hallazgos estarían relacionadas con la dosis de EPA y de DHA utilizada, probablemente demasiado baja en algunos estudios, y con la pequeña dimensión de muchos de estos, que en múltiples casos pudo limitar la posibilidad de identificar los efectos.

La artritis reumatoide es una enfermedad autoinmune crónica e inflamatoria de las articulaciones y los huesos. Afecta a cerca de un 1% de los adultos y es más común en mujeres que en hombres. A lo largo del tiempo produce una destrucción progresiva del cartílago y el hueso, probablemente debido a la inducción mediada por citoquinas y eicosanoides de ciertas enzimas destructivas. El ácido araquidónico (AA), un ácido graso omega-6, se considera el principal sustrato para la síntesis de eicosanoides, que se encuentran entre los mediadores y reguladores más importantes de la inflamación. Los ácidos grasos omega-3 que se encuentran en el pescado azul y en los aceites de pescado disminuyen el contenido de AA de las células que participan en las respuestas inmunes y descienden la producción de los eicosanoides inflamatorios del AA.

REFERENCIAS

  1. Miles E. A. and Calder P. C. Influence of marine n-3 polyunsaturated fatty acids on immune function and a systematic review of their effects on clinical outcomes in rheumatoid arthritis. British Journal of Nutrition. 2012; 107:171–184.

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