Un reciente análisis de estudios sugiere que una mayor ingesta de luteína y zeaxantina puede proteger contra la degeneración macular asociada a la edad.
El metaanálisis incluyó datos sobre la evaluación de los efectos de la luteína y zeaxantina en la prevención de la degeneración macular asociada a la edad (DMAE) publicados en 6 estudios de cohortes a largo plazo (1). Los resultados del análisis indican que la ingesta dietética de luteína y zeaxantina está relacionada con una reducción significativa del riesgo de DMAE tardía. Sin embargo, un aumento de la ingesta de estos carotenoides no está asociado con un menor riesgo de DMAE temprana.
Según los investigadores, estas conclusiones contrastan resultados de casi todos los estudios de casos y controles y transversales que han dado parte de asociaciones estadísticamente significativas entre un aumento del consumo de luteína y zeaxantina y un menor riesgo de DMAE temprana y tardía (2). Dado que los estudios de cohortes aportan una evidencia más sólida para evaluar una relación que otros diseños de estudios observacionales, la presente revisión sistemática y metaanálisis solo incluye los citados estudios de cohortes.
La DMAE es la principal causa de pérdida de visión y ceguera entre los estadounidenses mayores de 65 años. De acuerdo con la información existente, más de 10 millones de personas en los EE. UU. y alrededor de 50 millones de personas en todo el mundo padecen esta enfermedad ocular (3). La DMAE es una enfermedad degenerativa de la mácula, que es la parte de la retina responsable de la visión central necesaria para leer o conducir. Debido a que la DMAE afecta principalmente a la mácula, se puede producir una pérdida de la visión central. La DMAE temprana se caracteriza por depósitos amarillos y cambios de pigmentación en la retina, mientras que las manifestaciones más tardías incluyen atrofia y cicatrización retiniana.
El desarrollo de la DMAE es complejo e implica factores genéticos y ambientales. Entre los factores de riesgo más conocidos se incluyen la edad, el tabaquismo, la hipertensión y la hipercolesterolemia. Se cree que el daño celular en la retina causado por el estrés oxidativo desencadena los procesos que dan lugar a la DMAE. De ahí que se haya considerado la reducción del daño oxidativo con micronutrientes antioxidantes para prevenir o retrasar el progreso de la DMAE. El estudio AREDS (Age-Related Eye Disease) es el único ensayo clínico aleatorizado controlado realizado a gran escala que demostró que las personas con un alto riesgo de desarrollar estados avanzados de DMAE redujeron el riesgo en un 25% al ser tratadas con una combinación de vitamina C, vitamina E, betacaroteno y zinc a dosis elevadas. En el mismo grupo de alto riesgo, en el que se incluyeron personas con DMAE intermedia o DMAE avanzada en un ojo, los nutrientes disminuyeron en un 19% el riesgo de pérdida de visión causada por DMAE avanzada. Para los participantes del estudio que no presentaban síntomas de DMAE o DMAE temprana, los suplementos no aportaron ningún beneficio aparente (4). Entre los antioxidantes, la luteína y la zeaxantina fueron los únicos nutrientes que se asociaron de forma independiente con una menor probabilidad de desarrollar DMAE (5).