Professor Eric Souied, Departamento de Oftalmología, Hôpital Intercommunal de Créteil & Hôpital Henri Mondor, France
El Profesor Eric Souied, jefe del Departamento de Oftalmología del Hospital Intercommunal de Creteil y del Hospital Henri Mondor en Francia es el autor principal de una nueva revisión que ha vuelto a examinar los resultados del estudio multicéntrico Age-Related Eye Disease Study 2 (AREDS2), en el que no se logró demostrar que el consumo de ácidos grasos omega-3 tuviera algún beneficio en relación con la aparición y/o la evolución de la DMAE (1). En ella señala que aunque “una de las interpretaciones de los resultados del AREDS2 es que los suplementos de omega no protegen contra la evolución de la DMAE, un análisis alternativo sugiere la posibilidad de que el diseño, el ámbito y la ingesta o los sujetos del estudio AREDS2 no permitan demostrar el potencial profiláctico de los omega-3”.
El Profesor Souied ha señalado que los estudios epidemiológicos han puesto de manifiesto de manera sistemática un efecto protector de los ácidos grasos omega-3 frente a la aparición de la DMAE. No obstante, reconoce que únicamente el estudio realizado por Merle et al. (2) midió los niveles reales de omega-3 en el plasma sanguíneo de la cohorte en lugar de utilizar cuestionarios de frecuencia de consumo de alimentos conocidos por su falta de precisión.
El AREDS2 es un gran ensayo (n=4203) aleatorizado, doble ciego y controlado con placebo en el que participaron sujetos con riesgo de progresión a DMAE avanzada. Un aspecto importante es que todos los participantes recibieron la misma formulación del AREDS original (500mg de vitamina C, 400 UI de vitamina E, 15 mg de betacaroteno, 80 mg de zinc y 2 mg de cobre) con la que ya se había constatado una reducción del riesgo en un 25 %. Esto significa que no hubo un grupo de placebo en el sentido normalmente aceptado. Por otra parte, la cohorte estaba formada por sujetos con un alto nivel de educación, muy concienciados con la salud y con una proporción de fumadores muy inferior a la mayoría de las poblaciones típicas de la misma edad. El análisis final todavía incluía los resultados de los participantes del grupo de placebo que consumieron suplementos no definidos de omega-3 durante el estudio.
El Profesor Souied hizo comparaciones entre el AREDS2 y otro estudio de intervención realizado recientemente, el NATS2 (3). Este último demostró escasa conformidad en cuanto al consumo de la intervención y, a primera vista, parece indicar un resultado similar al del AREDS2. Sin embargo, si los sujetos se definen por tener unos niveles altos constantes de EPA/DHA en las células sanguíneas, entonces se puede demostrar que este grupo presenta una mayor protección contra la DMAE que los sujetos con unos niveles bajos contantes de EPA/DHA. Se observó que el consumo de pescado azul era menor entre los pacientes de DMAE que en el control. En términos generales, descubrieron que el EPA y DHA de la hemoglobina en suero “estaban asociados con un riesgo considerable y significativamente menor de DMAE neovascular”.
Ambos estudios AREDS2 y NATS2 utilizaron la misma dosis total de 1 g de omega-3, si bien la proporción de DHA:EPA fue de 1:2 a 3:1 respectivamente, lo que significa que la dosis de DHA fue más del doble en el ensayo NATS2. Este detalle es muy importante, ya que el DHA es el ácido graso que más abunda en la retina.
El Profesor Souied cree que puede haber un efecto techo en el estudio AREDS2. Es muy posible que la formulación insuficiente de omega-3 del AREDS2 no fuera capaz de proporcionar protección adicional a una cohorte bien alimentada y motivada que ya estaba consumiendo las vitaminas y minerales del estudio AREDS original.