Según un nuevo estudio realizado en Europa, el riesgo de morir por enfermedad cardiovascular podría verse reducido cuando las personas con el síndrome metabólico tienen concentraciones en sangre de vitamina D de al menos 75 nmol/L.
En el estudio de cohorte, se analizaron muestras de sangre de 1.801 personas con el síndrome metabólico y se registraron durante una media de 7,7 años las concentraciones de vitamina D así como los fallecimientos (mortalidad por todas las causas y mortalidad por enfermedad cardiovascular) (1). Los resultados del estudio mostraron que los niveles óptimos de vitamina D (de al menos 75 nmol/L) se relacionaron con una reducción del 66% del riesgo de mortalidad por enfermedad cardiovascular, en comparación con las personas que presentaban una deficiencia de vitamina D severa. Además, la mortalidad por todas las causas se redujo un 75% en las personas con concentraciones óptimas de dicha vitamina. En la mortalidad por enfermedad cardiovascular se observó una drástica reducción de los casos de muerte súbita (del 85%) y de insuficiencia cardíaca congestiva (una reducción del 76%), pero no se redujeron los casos de infarto de miocardio.
Los investigadores concluyeron que esperan que estos hallazgos contribuyan a que se lleven a cabo ensayos aleatorizados controladosque confirmen los efectos positivos de la vitamina D en la mortalidad y que ayuden a establecer recomendaciones para la suplementación en pacientes con el síndrome metabólico. Sobre el posible mecanismo que ocasiona estos beneficios, los científicos afirmaron que se sabe que la vitamina D participa en la regulación del azúcar en sangre y que los niveles bajos de vitamina D se han relacionado con un aumento de la resistencia a la insulina. Además, la vitamina D también podría proteger las paredes de los vasos sanguíneos gracias a su efecto antiinflamatorio.
El síndrome metabólico es una enfermedad caracterizada por la obesidad central como principal factor de riesgo, la hipertensión y los trastornos en el metabolismo de la glucosa y la insulina. Este síndrome se ha relacionado con un mayor riesgo de diabetes tipo 2 y de enfermedad cardiovascular. Se calcula que el 15% de los adultos europeos sufre el síndrome metabólico, mientras que en EE. UU. se estima que se trata de un 32%.