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La urgente necesidad de tratar la enfermedad hepática en los niños obesos
7 enero 2015
Los expertos piden que se investigue el tratamiento del hígado graso no alcohólico, la forma más común de enfermedad hepática crónica en los niños.
1 diciembre 2011
Según un estudio realizado en Reino Unido, gran parte de la población femenina podría tener una capacidad limitada para absorber el betacaroteno y convertirlo en vitamina A debido a variaciones genéticas.
El estudio investigó los efectos de cuatro variaciones genéticas comunes (polimorfismos de un solo nucleótido, SNP por sus siglas en inglés) de la enzima que convierte el betacaroteno en vitamina A (retinol) en 28 mujeres con una edad media de 20 años (1). Los resultados del estudio mostraron que tres de los cuatro SNP redujeron la conversión de betacaroteno hasta un 59%. Además, se detectaron muchas variaciones en la frecuencia de SNP en 11 grupos étnicos diferentes, con frecuencias que oscilaron entre el 43 y el 100%.
Los investigadores concluyeron que un determinado rango de SNP puede reducir la efectividad de usar carotenoides provitamina A, basados en plantas como el betacaroteno, para aumentar los niveles de vitamina A en grupos de la población con riesgo de deficiencia. Este efecto podría variar dependiendo del origen étnico de los sujetos. Por lo tanto, la gente con una capacidad reducida para convertir las fuentes de provitamina A en vitamina A activa podría ser susceptible de sufrir muy diversos riesgos para la salud. Esto resulta especialmente importante teniendo en cuenta que un estudio reciente probó que aproximadamente el 45% de los europeos posee una variante genética que reduce la cantidad de betacaroteno que el cuerpo puede utilizar y convertir en vitamina A. Teniendo en cuenta las restricciones genéticas en cuanto a la utilización del betacaroteno, la recomendación diaria quizá debería aumentarse considerablemente o, en su defecto, estos sujetos deberían aumentar su consumo de vitamina A preformada a través de fuentes animales o suplementos.
Hace poco, expertos en carotenoides de distintos países dieron una respuesta unánime que afirma que el betacaroteno es indispensable como fuente segura de vitamina A (2). Puesto que el consumo de vitamina A preformada procedente de productos animales no es suficiente en partes de la población de Europa, EE. UU. y Asia, el betacaroteno tendría una importante función para proporcionar un consumo adecuado de vitamina A total.
La vitamina A es esencial para un desarrollo y crecimiento normal, para el sistema inmunitario, la vista y otras funciones del cuerpo humano. Puesto que los humanos no pueden sintetizar la vitamina A, han de seguir una dieta con vitamina A preformada o carotenoides de provitamina A. Al absorberse, los carotenoides de provitamina A se pueden convertir en vitamina A a través de la enzima betacaroteno 15,15’-monooxigenasa (BCO). Investigaciones recientes han demostrado que dos SNP comunes dentro de la región genética que codifica el BCO causan una actividad catalítica reducida de la enzima, lo que confirma que las variaciones genéticas contribuyen a una utilización baja del betacaroteno.
La deficiencia de vitamina A es un problema sanitario grave que afecta principalmente a mujeres embarazadas y en lactancia y a niños en edad preescolar, con un total de unos 250 millones de personas con riesgo de desarrollar desórdenes por deficiencia de vitamina A (3). La mayoría de las necesidades de vitamina A de la población de Reino Unido, por ejemplo, no se cubre a través del consumo en dieta de retinol preformado, y un 15% de sujetos jóvenes de edades comprendidas entre los 19 y los 24 años hace un consumo de vitamina A total inferior al nivel más bajo de consumo de nutrientes recomendado (4).
7 enero 2015
Los expertos piden que se investigue el tratamiento del hígado graso no alcohólico, la forma más común de enfermedad hepática crónica en los niños.
17 marzo 2014
Según un nuevo estudio realizado en China, las personas con bajas concentraciones en sangre de betacaroteno y vitamina D podrían correr un riesgo mayor de padecer cáncer de esófago.
Según un nuevo estudio holandés, las mujeres que consumen más vitamina B12 durante los tres primeros meses de embarazo tienen hasta ocho veces más probabilidades de tener bebés que lloran menos.