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Se demuestra que los metabolitos de ácidos grasos omega 3 de origen marino reducen el dolor crónico

Publicado

10 julio 2015

Un reciente estudio realizado por Ramsden et ál. (1) en el NIH de Bethesda, Maryland, EE. UU., ha demostrado que una intervención alimentaria rica en ácidos grasos omega 3 pero baja en ácidos grasos omega 6 puede constituir una estrategia complementaria eficaz para tratar el dolor crónico y las afecciones relacionadas. Se observó que los efectos beneficiosos podían deberse a los endocannabinoides específicos derivados del ácido docosahexaenoico (DHA)

Antes del estudio actual, Ramsden et ál. habían demostrado que una dieta rica en ácidos grasos omega 3 de origen marino y baja en ácidos grasos omega 6 administrada a pacientes con cefalea diaria crónica reducía la intensidad y la frecuencia del dolor, disminuía el estrés psicológico y, en general, mejoraba la calidad de vida (2, 3). El estudio actual se realizó con una cohorte de 55 pacientes con cefalea diaria crónica. Durante 12 semanas se les administró una dieta de intervención rica en ácidos grasos omega 3 y baja en ácidos grasos omega 6 (1). Se evaluaron los efectos tanto clínicos como bioquímicos. Todos los participantes habían padecido cefalea crónica al menos 4 horas al día y 15 días al mes durante un periodo mínimo de 3 meses antes del ensayo.

El grupo de intervención experimentó considerables mejoras clínicas y se demostró que estas se debían a los endocannabinoides directamente derivados del ácido docosahexaenoico (DHA). Los endocannabinoides del ácido araquidónico (ARA) no mostraron ningún efecto. Se hallaron dos endocannabinoides importantes derivados del DHA, pero sus efectos clínicos eran diferentes. Por cada desviación estándar, el 2-DHG (2-docosahexaenoil glicerol) produjo una reducción del 10 % en el número de cefaleas al mes y del 40 % en el número de horas de cefalea fuerte al día. Además, se registraron mejoras en la medida compuesta de sufrimiento psicológico y salud mental. Por cada desviación estándar de DHA-EA (docosahexaenoil etanolamina) se registró una reducción del 7 % en el número de cefaleas al mes y del 30 % en el número de horas de cefalea fuerte, pero no se observó ningún otro efecto psicológico. Los niveles de 2-DHG y DHA-EA habían aumentado en plasma en un 65 % y un 99 %, respectivamente, tras la intervención de 12 semanas. Este estudio representa la primera prueba conocida de que el 2-DHG puede modificarse con la dieta. Era sabido que el 2-DHG se encuentra en concentraciones relativamente altas en el tejido cerebral.

Se desconoce el mecanismo por el cual el 2-DHG y el DHA-EA logran reducir los dolores de cabeza. El 2-DHG, aunque muy similar en estructura al endocannabinoide 2-AG derivado del ARA, tiene poca afinidad con los receptores de cannabinoides. El DHA-EA sí tiene propiedades antiinflamatorias y neurogénicas demostradas.

Ramsden et ál. concluyen que una intervención alimentaria rica en ácidos grasos omega 3 pero baja en ácidos grasos omega 6 puede constituir una estrategia complementaria eficaz para tratar el dolor crónico y las afecciones relacionadas (1).

REFERENCIAS

  1. Ramsden CE, Zamora D et al., Diet-induced changes in n-3 and n-6 endocannabinoids and reduction in headache pain and psychological distress, Journal of Pain, 2015, doi 10.1016/j.jpain.2015.04.007
  2. Ramsden CE, Faurot KR et al., Targeted alteration in dietary n-3 and n-6 fatty acids improve life functioning and reduce psychological distress among patients with chronic headache : a secondary analysis of a randomized trial, 2015, Pain 156 :587–596.
  3. Ramsden CE, Faurot KR et al., Targeted alteration of dietary n-3 and n-6 fatty acids for the treatment of chronic headaches : a randomized trial, Pain 2015, 154 : 2441–2451.

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