Según un nuevo estudio realizado en el Reino Unido, unas concentraciones bajas de vitamina D en sangre podrían estar asociadas con el desarrollo de enfermedades respiratorias como el asma, las infecciones del tracto respiratorio superior e inferior, la neumonía y la tuberculosis.
El estudio observacional midió las concentraciones séricas de 25-hidroxivitamina D y documentó los casos de enfermedades de las vías respiratorias en 2070 adultos mayores de 65 años (1). Los resultados mostraron que los participantes que presentaban una deficiencia grave de vitamina D (por debajo de 14 ng/ml) tenían el doble de probabilidades de padecer una enfermedad respiratoria que aquellos cuyos niveles de vitamina D eran altos (por encima de 25 ng/ml). Los participantes con una deficiencia moderada (14 – 20 ng/ml) tenían un 1,75 más de probabilidades de sufrir una enfermedad respiratoria.
Los investigadores concluyeron que garantizar unos niveles adecuados de vitamina D es un tema de salud pública importante para las poblaciones de mayor edad que viven en el hemisferio norte y podría ser un método eficaz de prevenir infecciones respiratorias concomitantes y otras complicaciones relacionadas en personas mayores. Se necesitarían más estudios para investigar si la suplementación con vitamina D ayuda a reducir la incidencia y las exacerbaciones de las enfermedades respiratorias. La vitamina D tiene un papel en la modulación de la respuesta inmune, que es importante en la salud respiratoria. Unos niveles adecua-dos de vitamina D podría ser beneficiosos, por ejemplo, para mejorar la enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC), en la que se produce una reacción inflamatoria anormal a partículas inhaladas y una respu-esta inmunitaria débil, si bien estudios recientes han llegado a resultados contradictorios (2, 3).