OPINIÓN EXPERTA
La deficiencia de vitamina D – Llamado a la acción
Judy Stenmark, Chief Operating Officer, International Osteoporosis Foundation, Nyon, Suiza.
27 March 2012
Según una nueva revisión de publicaciones, los suplementos con antioxidantes como betacaroteno, vitamina A y vitamina E no muestran efectos significativos en la prevención de la mortalidad, sino que podrían incrementarla hasta un 3%. Los expertos critican que el análisis incluyó ensayos en los que se utilizaron altas dosis de micronutrientes para prevenir o incluso tratar enfermedades crónicas y por lo tanto distorsiona el propósito original de su uso.
La revisión sistemática incluyó 78 ensayos aleatorizados controlados en los que habían participado un total de 296.707 personas sanas o que padecían diversas enfermedades ( gastrointestinales, cardiovasculares, neurológicas, oculares, dermatológicas o reumatoides), con una edad media de 63 años, y que tomaron suplementos con antioxidantes (betacaroteno, vitamina A, vitamina C, vitamina E y selenio) o placebo durante una duración media de tres años (1). El análisis de datos mostró que los suplementos con antioxidantes no tuvieron efectos significativos en la prevención primaria o secundaria de la mortalidad. Los metaanálisis mostraron un aumento del riesgo de mortalidad en participantes que usaron suplementos con betacaroteno (+2,7%), vitamina E (+1,7%), vitamina C (+0,6%), vitamina A (+0,4%) y selenio (+0,3%).
Los investigadores concluyeron que sus hallazgos no respaldan el uso de suplementos con antioxidantes en la población en general ni en pacientes con diversas enfermedades para reducir la mortalidad. El posible aumento del riesgo de mortalidad podría relacionarse con el consumo de suplementos que contienen betacaroteno y tal vez vitamina E, así como con los que contienen altas dosis de vitamina A, pero no se relaciona con los que contienen vitamina C o selenio.
Los expertos comentaron que la revisión incluyó ensayos con situaciones muy concretas en cuanto a las dosis de suplementos y los objetivos, que no reflejan la realidad del día a día. En la vida real, gran parte de la población adulta y en particular de los ancianos ni siquiera alcanza los niveles de ingesta diaria recomendada como muestran las encuestas poblacionales de Europa y EE. UU. Dadas las limitaciones de los metaanálisis, se deben evitar las generalizaciones y las conclusiones precipitadas para no confundir a la gente que utiliza suplementos para cubrir las lagunas alimenticias de su dieta.
Un metaanálisis reciente basado en 57 estudios en los que habían participado un total de 246.371 personas que tomaron suplementos con vitamina E o placebo durante una mediana de 2,6 años con dosis de hasta 5.500 UI al día mostró que la suplementación con vitamina E no se relaciona ni con la reducción ni con el aumento del riesgo de mortalidad por todas las causas (2). Este hallazgo difiere del actual metaanálisis y de dos publicados anteriormente, que hallaron un pequeño aunque significativo aumento del riesgo de la mortalidad en los participantes que tomaron suplementos con vitamina E. Según los expertos, una posible explicación para los diferentes hallazgos es el número de ensayos incluidos. Un análisis (3) incluyó solo 19 ensayos y apareció antes de que se publicaran los datos sobre mortalidad de varios ensayos de gran tamaño y bien realizados (4-7) que no mostraron efectos significativos de la vitamina E en la prevención o como terapia de enfermedades complejas multifactoriales como el cáncer o la mortalidad relacionada con las enfermedades cardiovasculares. El segundo análisis (8) incluyó 51 ensayos pero solo halló un aumento significativo del riesgo de mortalidad cuando se consideró un subgrupo de 26 estudios. También estos análisis se realizaron antes de que se publicaran ensayos de gran tamaño con datos sobre la mortalidad (5-7).
Judy Stenmark, Chief Operating Officer, International Osteoporosis Foundation, Nyon, Suiza.
5 abril 2018
Consejo Europeo de Información sobre la Alimentación (EUFIC), Bruselas, Bélgica
15 febrero 2014
«La relación entre el consumo de nutrientes y el riesgo de que se produzcan daños por deficiencia o toxicidad se puede expresar en una curva en forma de U: el riesgo de deficiencia disminuye conforme aumenta el consumo hasta lo que se considera normal- mente un rango adecuado de consumo (cantidad diaria recomendada).