El metaanálisis de Bjelakovic et al. (1,2) sostiene que el betacaroteno, la vitamina A y la vitamina E aumentan el riesgo de mortalidad. Esta afirmación no es válida, ya que todo metaanálisis presenta importantes errores metodológicos. Los mismos autores relativizan al formular que el betacaroteno, la vitamina A y la vitamina E podrían aumentar la mortalidad («beta-carotene, vitamin A, and vitamin E may in-crease mortality»). Igualmente hacen hincapié en que su revisión sistemática tiene varias limitaciones (»Our systematic review has several limitations«).
Bjelakovic et al. identificaron un total de 815 estudios clínicos sobre antioxidantes como el betacaroteno, la vitamina A, la vitamina C, la vitamina E y el selenio. De todos ellos, 748 estudios fueron excluidos de forma abierta (92%), es decir, no enmascarada; entre ellos 405 estudios en los que no hubo defunciones. En gene-ral, para evitar que los estudios sean seleccionados para un metaanálisis por sus resultados, la selección de-be ser ciega. Este principio de calidad para los metaanálisis se ha violado. Por lo tanto, todos los resultados del presente metaanálisis, basado en 67 estudios (8%), carecen de valor. De hecho, tan solo el 25 % de los 67 estudios incluidos tenía como objetivo inicial prevenir la mortalidad. Por consiguiente, la correlación entre el consumo de antioxidantes y el riesgo de mortalidad no era el planteamiento original en el 75% de los estudios analizados, sino que se definió a posteriori. Un análisis con este tipo de hipótesis no planificadas de antemano por lo general solo sirve para proporcionar información sobre un posible riesgo de mortalidad. Estas hipótesis generan otras nuevas que deben ser comprobadas en estudios debidamente planificados.
La mejor forma de obtener información es utilizar metaanálisis basados en datos originales individuales. Contradiciendo este criterio de referencia, Bjelakovic et al. no hacen uso de datos originales individuales. Por el contrario, los resultados de su metaanálisis están basados en datos publicados. Los metaanálisis con datos originales tienen la ventaja de que pueden llevarse a cabo de manera uniforme y conforme a criterios estándar, sin tener que recurrir a datos ya recopilados. Las dosis empleadas en cada uno de los estudios del metaanálisis fueron muy heterogéneas: con cantidades diarias o alternas (cada dos días) de entre 1,2 y
50 mg (24 estudios) para el betacaroteno, de entre 1.333 y 200.000 UI (16 estudios) para la vitamina A y de entre 10 y 5.000 UI (54 estudios) para la vitamina E. También hubo muchas diferencias en la duración del tratamiento con antioxidantes, que se extendió entre 28 días y 12 años, llegando incluso en un estudio a emplearse una única dosis. Estas pautas de dosificación y tratamiento tan dispares no permiten en absoluto hacer una interpretación coherente del riesgo de mortalidad debido al consumo de betacaroteno, vitamina A y vitamina E. Aunque en los modelos de meta-regresión utilizados para el análisis estadístico se tuvieron en cuenta, entre otros elementos, la dosificación y duración del tratamiento, esto no compensa la falta de com-parabilidad de los estudios individuales.
La gran cantidad de resultados dispares del metaanálisis de Bjelakovic et al. a partir de muchos estudios diferentes no permite concluir en modo alguno que el consumo de antioxidantes aumente el riesgo de mortalidad. De esta forma, la vitamina C (33 estudios) y el selenio (20 estudios) no tienen ningún efecto significativo en la mortalidad. Tampoco un análisis de los 67 estudios muestra un efecto significativo de los suplementos antioxidantes en general sobre la mortalidad. El considerable aumento del riesgo de mortalidad se basa únicamente en unos pocos estudios específicos; esto es, en 12 estudios para el betacaroteno, 5 estudios para la vitamina A y 26 estudios para la vitamina E. Por el contrario, utilizando todos los estudios disponibles para el betacaroteno (24 estudios, la vitamina A (16 estudios) y la vitamina E (54 estudios), no se observa ningún aumento significativo del riesgo de mortalidad. Este riesgo es incluso menor en el caso del betacaroteno con un método especial de análisis estadístico (cinco estudios) y para la vitamina E en 17 estudios específicamente seleccionados”.
“Estudio 2: Ristow et al. (2009): Antioxidants prevent health-promoting effects of physical exercise in humans.
Tomar como referencia el estudio de Ristow et al. (3) para afirmar de forma general que los antioxidantes inhiben los efectos beneficiosos del ejercicio físico en las personas, es inadmisible. La justificación de tal conclusión para la población en general basándose únicamente en los resultados de 39 sujetos es a todas luces insostenible. El estudio de Ristow presenta graves defectos en su planificación, ejecución y análisis estadístico. Dado que el número de participantes utilizado no estaba planeado, se puede atribuir al estudio como mucho un carácter piloto. En este sentido, solo puede servir para generar nuevas hipótesis que será necesario confirmar en un estudio debidamente planificado. De ahí que los propios autores solo digan que los antioxidantes podrían inhibir los efectos beneficiosos del ejercicio físico en las personas («Supplementa-tion with antioxidants may preclude these health promoting effects of exercise in humans»«).
Una primera parte del estudio se llevó a cabo con 16 sujetos de manera abierta y dependiendo de los efectos (no está claro de cuáles), y la segunda parte con 23 sujetos fue controlada con placebo. Este procedimiento es contrario al método estándar empleado en los ensayos doble ciego aleatorizados controlados. Para la evaluación se utilizan e interpretan indistintamente varias pruebas estadísticas. Este procedimiento de pruebas múltiples no se explica ni se tiene en cuenta. No está claro cuáles son los parámetros previstos en un principio para realizar el análisis estadístico entre los antioxidantes (vitamina C + vitamina E) y el placebo. Los resultados de los análisis de subgrupos para sujetos entrenados y no entrenados no son generalizables con un número tan bajo de casos. Además, la información sobre los valores p (p < 0.01, p < 0.001) enmascara el hecho de que el número de sujetos observados no fue planificado y, por lo tanto, lo más probable es que sea demasiado pequeño como para extraer conclusiones generales. Estos resultados altamente significativos tampoco indican en qué medida se inhiben los efectos beneficiosos para la salud“.
(Véase también: “Las vitaminas E y C aumentan supuestamente el riesgo de diabetes en atletas ─ Un examen crítico de resultados de estudios “)
Basado en: Prof. Dr. Manfred Wilhelm und Martin Braun. Eine verunsicherte Bevölkerung durch Mängel in der Kommunikation. Vitamin-Bericht 2012 – Beiträge zur Versorgung mit Mikronährstoffen. TRIAS Verlag, 2012.