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  • OPINIÓN EXPERTA
  • 2015

Cómo influye la nutrición en el proceso de envejecimiento

Publicado

1 junio 2015

John Mathers, Institute for Ageing and Health, Newcastle University, Newcastle, Reino Unido

La esperanza de vida en la mayoría de los países del norte de Europa es el doble que la de hace dos siglos. Si el envejecimiento se considera una enfermedad, sin duda es la más extendida de todas. Según Mathers: “El desafío radica en propiciar un envejecimiento saludable y reducir las cargas económicas y sociales asociadas con una mala salud crónica en la edad adulta”.

Los modelos animales han revelado que el envejecimiento se produce por la acumulación de macromoléculas dañadas en la célula. Las principales causas de este daño celular son la inflamación, el estrés metabólico y las reacciones de estrés oxidativo / redox. A través de intervenciones nutricionales específicas se puede reducir este daño y mejorar además la capacidad del cuerpo para repararlo.

Los efectos beneficiosos que se derivan de ello son una vida más larga y una menor incidencia de enfermedades relacionadas con la edad. Sabemos que la obesidad y la adiposidad crónica son los principales factores de riesgo de una muerte temprana, si bien existen pruebas interesantes (en varios modelos animales) de que la restricción calórica aumenta la esperanza de vida. Asimismo, tenemos evidencia de que ciertas “dietas saludables”, como la mediterránea, están asociadas con un menor riesgo de enfermedades relacionadas con la edad y una mayor longevidad. A la inversa, el envejecimiento puede acelerarse por el estrés, una mala alimentación y un ambiente adverso.

En una investigación llevada a cabo con 23 349 participantes del estudio de cohortes Greek EPIC (European Prospective Investigation into Cancer and Nutrition), Trichoupoulou et al. demostraron una mejora de la supervivencia en las personas mayores que siguen una dieta mediterránea modificada. Determinaron que los aspectos protectores más importantes de la dieta eran el consumo moderado de etanol, un bajo consumo de carnes y un consumo de abundantes frutas y verduras. Sin embargo, un elevado consumo de pescado, cereales integrales y productos lácteos no se asoció con un descenso de la mortalidad. Un gran ensayo clínico multicéntrico realizado recientemente en España, en el que participaron 7447 personas de entre 55 y 80 años con riesgo de padecer enfermedades cardiovasculares, pero que no presentaban síntomas, ha constatado una reducción del 24% de los principales eventos cardiovasculares adversos en el grupo que consumió la dieta mediterránea suplementada con aceite de oliva y frutos secos, en comparación con el grupo de control.

Las enfermedades cardiovasculares son la causa de 1 de cada 4 muertes en el norte de Europa, y el riesgo de padecerlas está asociado a la edad. Se cree que la dieta DASH (Dietary Approach to Stop Hypertension) disminuye el riesgo de enfermedades cardiovasculares mediante la disminución de la presión arterial. Esta dieta es predominantemente vegetariana e incluye pequeñas cantidades de carnes sin grasa. Los productos lácteos no tienen grasa o son bajos en grasa y se consume gran cantidad de frutos secos y cereales integrales. Un reciente metaanálisis realizado por Siervo wt al. con un total de 1917 personas que siguieron la dieta DASH ha revelado una reducción media de la presión sistólica y diastólica de entre 5,2 mmHG y 2,6 mmHG. Esta dieta también ha demostrado reducir cerca de un 13% el riesgo de enfermedades coronarias según las tablas de Framingham. Los mayores beneficios se observaron en los grupos de riesgo, como las personas de edad avanzada.

En algunos de sus trabajos recientes acerca del envejecimiento saludable, John Mathers ha mencionado una plataforma digital personalizada llamada LEAP (Lifestyle, Eating, Activity, Planning) que ofrece un enfoque interactivo sobre este tema. Esta plataforma no sólo trata el tema de la dieta, sino también aspectos como el ejercicio físico y la interacción social y está abierta para todos los participantes en los ensayos de Mathers. Su grupo de trabajo también ha definido un fenotipo de envejecimiento saludable (Health Ageing Phenotype o HAP) en un intento de proporcionar una medida holística a los numerosos aspectos implicados en el envejecimiento. Se ha propuesto que HAP sea una herramienta que se utilice en futuros ensayos con diferentes diseños y poblaciones de estudio.

Por último, John Mathers nos recuerda que el “envejecimiento es un proceso continuo que comienza en el momento de la concepción, que es cuando adquirimos las variantes genéticas que determinarán si envejecemos bien”.

REFERENCES

  1. Mathers JC, “Impact of nutrition on the ageing process”, British Journal of Nutrition, Volume 113., Supplement S1 / January 2015, pp S18–S22
  2. Kirkwood TBL, “A systematic look at an old problem”, Nature 451, 644–647, 2008
  3. Trichopoulou A, Bamia C & Trichopoulos D, “Anatomy of health effects of Mediterranean diet: Greek EPIC prospective cohort study”, BMJ 2009; 338 doi: http://dx.doi.org/10.1136/bmj.b2337
  4. Estuch R et al., “Primary Prevention of Cardiovascualr Disease with a Mediterranean Diet”, New England Journal of Medicine 2013; 368: 1279–1290.
  5. dashdiet.org - accessed 14.5.15. 
  6. Siervo M, Lara J, Chowdhury S, Ashor A, Oggioni C and Mathers JC, “Effects of the Dietary Approach to Stop Hypertension (DASH) diet on cardiovascular risk factors: a systematic review and meta-analysis”, British Journal of Nutrition / Volume 113, Issue 01, January 2015, pp 1–15
  7. Harrison Dunn A-R, “Digitek is creeping onto the nutrition scene”, Nutraingredients.com 26th March 20158. Lara J et al., “Towards measurement of the Healthy Ageing Phenotype in lifestyle-based intervention studies”, Maturitas 2013, Oct 76(2):189–99.

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