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Las mujeres adolescentes en los Emiratos Árabes Unidos presentan una deficiencia grave de vitamina D
29 mayo 2015
13 febrero 2015
Según un nuevo estudio realizado en EE. UU., los pacientes con ictus y unos niveles bajos de vitamina D son más propensos a sufrir accidentes cerebrovasculares graves y tienen peor salud después del accidente cerebrovascular que aquellos con unos niveles normales de esta vitamina.
El estudio midió los niveles de vitamina D en sangre, la gravedad del accidente cerebrovascular y la salud de 96 pacientes con ictus (1). Los resultados mostraron que los pacientes con unos niveles bajos de vitamina D (por debajo de 30 ng/ml) tenían áreas de tejido muerto resultante de la obstrucción del flujo sanguíneo dos veces más grandes que aquellos con unos niveles normales (por encima de 30 ng/ml). Por cada 10 ng/mL menos de vitamina D, las probabilidades de recuperación en los tres meses siguientes al accidente cerebrovascular disminuyeron a casi la mitad, independientemente de la edad o la gravedad del primer ictus del paciente.
De acuerdo con los científicos, hacen falta más estudios para establecer una asociación entre los niveles de vitamina D y la gravedad de los accidentes cerebrovasculares. Si se repitieran los resultados actuales, el siguiente paso lógico sería comprobar si la administración de suplementos ayuda a proteger a los pacientes con un alto riesgo de ictus. La investigación ya ha demostrado que unos niveles bajos de vitamina D están asociados con la hipertensión. Un aumento de la ingesta puede incluso reducir la presión arterial de los pacientes hipertensos, lo que apunta a una posible relación entre el ictus y el suministro de vitamina D. El ictus o accidente cerebrovascular es una de las principales causas de muerte en los Estados Unidos, siendo responsable de 1 de cada 19 fallecimientos. Algunos de los factores de riesgo son la edad, la diabetes, el colesterol alto, el tabaco y la hipertensión. Esta última se considera el factor de riesgo de ictus más modificable.
29 mayo 2015
Según un nuevo estudio realizado en Canadá, el aumento en el consumo de antioxidantes como vitamina C y E así como de alfa-ácido lipoico podría ser beneficioso para prevenir la diabetes tipo 2 o para tratarla.
20 junio 2011
Según un nuevo estudio realizado en EE. UU., la suplementación diaria con vitamina E podría reducir alrededor de un 10% el riesgo de padecer enfermedad pulmonar obstructiva crónica.