Un reciente estudio realizado en el Reino Unido sugiere que las variaciones en los genes involucrados en las respuestas al estrés oxidativo podrían ser cruciales para los efectos beneficiosos de la vitamina E sobre la inflamación.
A fin de investigar el papel que ejercen las variantes genéticas (poliformismos) sobre los cambios en la producción de citoquinas inflamatorias tras la suplementación con vitamina E (alfa-tocoferol), se midieron los marcadores inflamatorios (TNF-alfa y IL-1beta, -6 y -10) en muestras de sangre de 160 voluntarios varones sanos de mediana edad al comienzo del estudio y después de 6 semanas de suplementación diaria con 75 UI o 600 UI de alfa-tocoferol (1). Los resultados mostraron que la capacidad del alfa-tocoferol de disminuir las concentraciones de marcadores inflamatorios dependía de diversas variaciones en los genes de los partici-pantes implicados en la inflamación o las respuestas al estrés oxidativo.
Los investigadores concluyeron que el efecto de la suplementación con vitamina E en la producción de citoquinas inflamatorias parece depender del genotipo de un individuo. Estas diferencias específicas del genotipo ayudarían a explicar algunos de los resultados discordantes de estudios en los que se utilizó la vitamina E. A pesar de la evidencia de los efectos antioxidantes de esta vitamina en estudios in vitro y con animales, otros ensayos clínicos aleatorizados a gran escala no han confirmado una acción beneficiosa de la vitamina E sobre la inflamación en humanos. Por lo tanto, la dotación genética de una persona podría influir en su respuesta a la suplementación con alfa-tocoferol.