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  • OPINIÓN EXPERTA
  • 2012

Investigar los beneficios para la salud de la suplementación en quienes tienen un suministro adecuado no tiene sentido

Publicado

1 agosto 2012

Dr. Stewart Forsyth, Tayside Institute for Child Health, Universidad de Dundee, Escocia, Reino Unido

"Una característica recurrente de los ensayos aleatorizados controlados que investi-gan los efectos de la suplementación con ácido docosahexaenoico (DHA) en las funciones cognitivas durante la infancia es que la variación en el estado de DHA de los infantes dentro de los grupos aleatorizados no está caracterizada o no se tiene en cuenta por separado en el análisis del estudio. Esto significa que la mayoría de las publicaciones sobre el efecto de la suplementación de DHA en la función cognitiva incluye en el análisis a infantes que no presentan una deficiencia de DHA.

Más aún, significa también que hay muy pocos datos sobre los efectos específicos de la suplementación de DHA en infantes con deficiencia de DHA. El estudio realizado por Meldrum et al. (1), por ejemplo, mantiene este patrón de investigación de los efectos de la suplementación de DHA al seleccionar a infantes con un estado de DHA por encima de la media al comenzar el estudio. La cohorte provenía de una comunidad acomodada y educada; la nutrición maternal incluía pescado graso y las madres también podían tomar suplementos de aceite de pescado; más de un 98% de los bebés eran amamantados y si utilizaban fórmulas infantiles, la más comúnmente elegida era la enriquecida con PUFA de cadena larga.

La abundancia de DHA en la dieta materna e infantil se reflejaba en los altos niveles de DHA en los eritroci-tos de los bebés al nacer y a los 6 meses de edad. Estos bebés ricos en DHA fueron aleatorizados para una suplementación con una dosis alta de aceite de pescado. El resultado fue que la suplementación con DHA no fue asociada a una diferencia significativa entre los grupos de intervención y los de control en cuanto a la puntuación estándar o total de los bebés o niños pequeños en relación con su desarrollo y comportamiento. Los autores de este estudio concluyeron que los resultados sugerían que un mayor consumo postnatal de ácidos grasos omega-3 durante los 6 primeros meses de vida mediante una suplementación con altas dosis de aceite de pescado no era beneficioso para el desarrollo neurológico global de los infantes. Teniendo en cuenta del riesgo de que esta sea la única frase que lean los investigadores, políticos y medios de comunica-ción, hubiera sido preferible que hubieran cualificado su conclusión subrayando que las madres y los bebés de su estudio estaban inusualmente bien dotados de DHA gracias a sus dietas y que en esas circunstancias, relativamente inusuales, podría ser que una sumplementación adicional con altas dosis de DHA no aporte mejoras perceptibles en la cognición durante la infancia.

El estudio Meldrum planteó una cuestión más general, en concreto: ¿por qué seguimos llevando a cabo estudios sobre suplementación con DHA de niños ricos en DHA? ¿Es esta una prioridad para la investigación? A pesar de llevar 20 años investigando intensamente el papel del DHA en el desarrollo y el funcionamiento del cerebro humano, siguen existiendo lagunas fundamentales en nuestros conocimientos sobre el impacto del DHA en la salud y el bienestar de la población infantil. En concreto, hay cuestiones relacionadas con la claridad sobre los requisitos óptimos de DHA para un desarrollo normal en bebés prematuros y no prematu-ros, con un consenso acerca de la definición del estado normal de DHA y con un acuerdo sobre la dosis y la duración óptimas de una suplementación con DHA de madres, bebés y niños con riesgo de deficiencia.

¿No sería más informativo estudiar los efectos de la suplementación con DHA en cohortes que se sabe que presentan una deficiencia relativa de DHA? Se podría dar prioridad a grupos con un alto riesgo tanto de deficiencia de DHA como de un deterioro de la función cognitiva. Esto incluiría bebés prematuros o pequeños para el estado de gestación, familias con ingresos bajos tanto en países desarrollados como en vías de desarrollo y niños con un historial familiar de trastornos en el desarrollo y el comportamiento (como un trastorno en el desarrollo de la coordinación, dislexia o un trastorno de hiperactividad con déficit de atención), que se están volviendo cada vez más frecuentes y causan una debilidad social y de salud considerable. La investigación en estas áreas es muy limitada actualmente".

Basado en: Forsyth S. Why are we undertaking DHA supplementation studies in infants who are not DHA-deficient? British Journal of Nutrition. Published online June 2012.

REFERENCIAS

  1. Meldrum S. J. et al. Effects of high-dose fish oil supplementation during early infancy on neurodevelop-ment and language: a randomised controlled trial. British Journal of Nutrition. Published online February 2012.

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