OPINIÓN EXPERTA
Vitaminas para los primeros 1.000 días: Preparándose para la vida
15 febrero 2013
Dr. Ibrahim Elmadfa, presidente de la International Union of Nutritional Science, Universidad de Viena, Austria
2 agosto 2013
Según un estudio reciente llevado a cabo en el Reino Unido, la suplementación con vitamina D durante el embarazo puede tener efectos nulos para prevenir la sibilancia infantil cuando se realiza demasiado tarde.
El ensayo aleatorizado controlado se llevó a cabo con 180 mujeres embarazadas (asiáticas, africanas, americanas, caucásicas y de Oriente Medio), a las que a partir de la semana 27 de gestación se suministró una dosis diaria de 800 UI de vitamina D hasta el día del parto, una dosis oral única de 200.000 UI de vita-mina D o ningún tratamiento (1). Tres años después del parto se documentaron y compararon los casos de sibilancia infantil, reacciones alérgicas e infecciones respiratorias. Los resultados del estudio indicaron que la suplementación mejoró pero no optimizó los niveles de vitamina D: los niveles medios de vitamina D en el cordón umbilical en el momento del parto eran considerablemente inferiores en aquellas mujeres que no habían recibido ningún tratamiento (7 ng/ml) que en las que habían recibido una dosis diaria (10,5 ng/ml) o en las que habían recibido una única dosis (10 ng/ml). Entre los tres grupos no se encontró ninguna diferen-cia en lo que concierne a la aparición de sibilancias, el predominio de eccemas (irritaciones cutáneas), las alergias o la función pulmonar.
Los investigadores señalaron la posibilidad de que la suplementación con vitamina D se hubiera realizado demasiado tarde (a partir de semana 27 de gestación) para tener un efecto beneficioso en la salud respi-ratoria de los niños. Se sabe que las células inmunitarias se desarrollan en una fase mucho más temprana de la vida del feto y que el desarrollo de las vías respiratorias hasta los bronquiolos finaliza a las 16 sema-nas de gestación. Es posible que para prevenir la sibilancia infantil sea preciso comenzar la suplementación al principio del embarazo o incluso antes de la concepción, concluyen los responsables del estudio.
Varios estudios observacionales indican que una ingesta materna más alta de vitamina D durante el emba-razo reduce el riesgo de sibilancia (2), asma y rinitis alérgica (3) y eccemas (4) en el niño. Con animales y modelos in vitro se ha demostrado que el metabolito activo de la vitamina D, la 1,25-dihidroxivitamina D, tiene un efecto inmunitario considerable y contribuye al desarrollo inicial de los pulmones. Otro estudio (6) postula que la suplementación prenatal de vitamina D puede prevenir la sibilancia y el asma infantiles. Actualmente el aporte diario recomendado para mujeres embarazadas es de 400 UI en el Reino Unido y de 600 UI en Estados Unidos. Se ha demostrado que las dosis diarias de 4000 UI de vitamina D constituyen un tratamiento seguro y eficaz contra la deficiencia de vitamina D durante el embarazo (7). A pesar de ello, la insuficiencia de vitamina D durante el embarazo sigue siendo muy común.
15 febrero 2013
Dr. Ibrahim Elmadfa, presidente de la International Union of Nutritional Science, Universidad de Viena, Austria
1 febrero 2014
Según una reciente revisión, el consumo elevado de betacaroteno, licopeno, luteína y zeaxantina parece contribuir en la prevención del cáncer de esófago.
14 noviembre 2011
Según un nuevo estudio realizado en EE. UU., el mayor consumo de calcio parece no estar relacionado con la modificación de la grasa y el peso corporal en niños ni en adultos.