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  • OPINIÓN EXPERTA
  • 2013

Vitaminas para los primeros 1.000 días: Preparándose para la vida

Publicado

15 febrero 2013

“Las vitaminas son nutrientes esenciales para muchas funciones del cuerpo y son especialmente importantes durante el crecimiento. Un consumo adecuado durante el embarazo y en la niñez temprana es, por lo tanto, crucial. Aunque todas las vitami-nas son necesarias, algunas son especialmente importantes. Uno de los ejemplos más famosos en relación con el embarazo es el del ácido fólico y su importancia para el desarrollo del cerebro y el sistema nervioso así como para la prevención de defectos en el tubo neural del feto ( DTN), lo que ha llevado a muchos países, tanto con ingresos altos como bajos, a enriquecer de forma obligatoria la harina y algunos otros productos de grano con ácido fólico. Las investigaciones que demuestran una reducción de la incidencia de los DTN atestiguan el éxito de esta medida. Sin embargo, se han observado de forma repetida otras defi-ciencias o estados subóptimos de vitaminas B, especialmente de vitamina B6 y B12 en mujeres embarazas, también en países con ingresos altos.

La vitamina A es uno de los tres micronutrientes más importantes a nivel global y las mujeres embarazadas y los niños pequeños son especialmente vulnerables a las deficiencias de dicha vitamina con cerca de 19 y 190 millones de afectados respectivamente según los cálculos de la OMS en 2009, principalmente en zonas africanas y del sur de Asia. La ceguera nocturna, la anemia y la inmunodeficiencia son las principales conse-cuencias del consumo inadecuado en estas poblaciones. Se le ha prestado mucha atención recientemente a la vitamina D, que también es muy importante para las mujeres embarazadas y los niños pequeños, por ejemplo, por su participación en la mineralización ósea, pero también por su función inmunomoduladora recientemente descubierta, que podría evitar el desarrollo de enfermedades autoinmunes como la diabetes mellitus tipo 1.

Un consumo adecuado de vitaminas durante el embarazo y la lactancia no solo es necesario para el desar-rollo óptimo del feto y el bebé, sino que también evita el agotamiento de las reservas del cuerpo de la madre. De hecho, los embarazos consecutivos agotan aún más los niveles bajos debido a la malnutrición con consecuencias nocivas para la madre y el feto. El estado de micronutrientes de la madre determina el del bebé, permitiendo que se acumulen reservas durante los primeros de cuatro a seis meses de vida. Tras este momento, la alimentación complementaria se hace necesaria para cubrir las crecientes necesidades, sobre todo de vitamina A y D.

Hay que tener en cuenta que aún existe una falta de conocimiento sobre las cantidades necesarias de vita-minas para los niños de más de seis meses y también durante el embarazo. Los niveles de las recomen-daciones para el consumo se han obtenido de forma general por extrapolación de datos para los bebés basados a su vez en los contenidos en la leche materna y en las recomendaciones para los adultos. Una dieta sana y equilibrada proporciona la mejor base para unos resultados del embarazo óptimos, el rendi-miento de la lactancia y la alimentación complementaria. Sin embargo, los suplementos o las comidas enriquecidas pueden ser necesarias para cubrir las altas necesidades, especialmente con vitaminas esen-ciales como las vitaminas D y el ácido fólico y para corregir los patrones de la dieta desfavorables en las mujeres o adaptar la alimentación a las necesidades de los niños pequeños.”


Basado en: Elmadfa I. and Meyer A. L. Vitamins for the first 1000 days: Preparing for Life. Symposium
‘100 years of vitamins – Past, present, future: Micronutrients – Macro impact’. November 2012. Basel, Switzerland.

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