Un nuevo estudio realizado en EE. UU. sugiere que aumentar el consumo de vitaminas B1 y B2 en la dieta podría reducir la incidencia del síndrome premenstrual (SPM) alrededor de un 35%.
En el estudio observacional se analizaron los datos de 1.057 mujeres con síndrome premenstrual (SPM) y de 1.968 mujeres sin SPM (1). Los resultados mostraron que las mujeres con una media más elevada de consumo de vitamina B1 (tiamina) y vitmina B2 (riboflavina) proviniente de la alimentación entre los dos y los cuatro años previos al diagnóstico se asociaron con una incidencia un 35% menor del SPM en comparación con las mujeres con una media de consumo más baja. Sin embargo, no se observaron beneficios con otras vitaminas B.
Los investigadores señalaron que la relación entre las vitaminas B y el SPM es biológicamente válida ya que las vitaminas B tales como la tiamina y la riboflavina realizan una importante función en la síntesis de varios neurotransmisores involucrados en el SPM. Mientras que la mayoría de las mujeres experimenta síntomas premenstruales moderados, ya sean emocionales o físicos, entre el 8 y el 20% padece síntomas severos que interfieren notablemente en sus actividades diarias y sus relaciones. Además de las vitaminas B, también hay pruebas de que una dieta rica en calcio y vitamina D podría reducir el riesgo de desarrollar SPM (2).