Un reciente estudio realizado en Dinamarca indica que ingerir poco o nada de pescado y ácidos grasos poliinsaturados de cadena larga podría estar asociado con un mayor riesgo de enfermedades cardiovasculares en mujeres jóvenes sanas.
Para investigar la asociación entre la ingesta de ácidos grasos omega-3 y el riesgo de enfermedad cardiovascular (ECV), se evaluó el consumo de pescado y de ácidos grasos omega-3 por medio de un cuestionario de frecuencia de consumo de alimentos y se midieron los episodios de cardiopatía hipertensiva, cerebrovascular e isquémica en 48.627 mujeres jóvenes (con una edad media de 29,9 años) inicialmente sanas (1). El estudio de cohortes mostró que una ingesta escasa (menos de 60 mg/día) o nula de ácidos grasos omega-3 a través de la dieta o de los suplementos durante 8 años estaba asociada a un mayor riesgo de enfermedades cardiovasculares.
De acuerdo con los investigadores, incluso en las mujeres con un menor riesgo de ECV, el consumo reducido de ácidos grasos omega-3 aumentaba el riesgo de padecer este tipo de enfermedades, lo cual señala la importancia de mantener una ingesta adecuada de ácidos grasos esenciales a lo largo de toda la vida. La evidencia proporcionada por estudios observacionales prospectivos (2) y ensayos aleatorizados controlados (3) sugiere que el consumo de pescado y la ingesta de ácidos grasos poliinsaturados esenciales omega-3 de cadena larga tienen un efecto protector contra las enfermedades cardiovasculares también en mujeres mayores.