OPINIÓN EXPERTA
Quince años de fortificación con ácido fólico
1 marzo 2012
Sarah Zimmerman, Iniciativa para el Enriquecimiento de la Harina, Atlanta, Georgia, EE. UU.
29 septiembre 2009
Una combinación de ácidos grasos omega-3 y coenzima Q10 puede bajar la presión arterial y el ritmo cardiaco en pacientes con enfermedad renal, según informa un nuevo estudio.
Los resultados del ensayo aleatorizado controlado mostraron que las personas con enfermedad renal crónica (ERC) que recibieron ácidos grasos omega-3 (4 gramos) durante 8 semanas experimentaron una disminución de 3,3 y 2,9 mmHg en la presión arterial sistólica y diastólica y una reducción del ritmo cardiaco de 4,0 latidos por minuto (1). Además, los niveles de triglicéridos descendieron un 24% en este grupo.
En el grupo que recibió ácidos grasos omega-3 y coenzima Q10 (200 mg), la presión arterial sistólica y diastólica mejoró 2,7 y 3,4 mmHg respectivamente. La CoQ10 no benefició a la presión arterial y se asoció con un ligero aumento del ritmo cardiaco.
Los investigadores señalaron que el hallazgo de una interacción entre los ácidos grasos omega-3 y la CoQ10 en la presión arterial es difícil de explicar dado el escaso efecto de la CoQ10 sola sobre la presión arterial, por lo que requiere confirmación.
De acuerdo con la publicación, la ERC aumenta el riesgo de cardiopatía de dos a 50 veces y eleva la prevalencia de mortalidad y de hospitalización por todo tipo de causas. Los factores de riesgo modificables incluyen presión arterial alta (hipertensión). Al bajar la presión arterial, los ácidos grasos omega-3 pueden reducir el riesgo cardiovascular en pacientes no diabéticos con ERC de moderada a severa.
1 marzo 2012
Sarah Zimmerman, Iniciativa para el Enriquecimiento de la Harina, Atlanta, Georgia, EE. UU.
27 septiembre 2013
Según un nuevo estudio, la deficiencia de vitamina D es frecuente entre los adultos de Arabia Saudí, especialmente entre las mujeres y los grupos de menos edad.
1 noviembre 2015
Un nuevo estudio ha demostrado que las personas con síndrome metabólico tienen más dificultades para procesar la vitamina E que la población normal. Dado que estas personas tienen un alto grado de grasa visceral, cualquier reducción en los niveles de este potente antioxidante liposoluble resulta preocupante y lleva a pensar que las recomendaciones dietéticas de vitamina E para este grupo deberían corregirse al alza. El síndrome metabólico es muy común en el mundo occidental y está estrechamente asociado con el desarrollo de aterosclerosis y diabetes tipo 2.