Una nueva revisión bibliográfica llevada a cabo en EE. UU. muestra una disminución significativa de la mortalidad cardiovascular asociada con ingestas de ácidos grasos omega-3 de hasta 200 mg.
Para evaluar la relación entre el consumo de ácido eicosopentanoico (EPA) y ácido docosexaenoico (DHA) y la mortalidad cardiovascular o por todas las causas, en la revisión sistemática y meta-análisis se incluyeron 14 ensayos controlados aleatorizados (ECA) con una duración mínima de cuatro semanas y niveles de suplementación de EPA y DHA inferiores a 6 gramos diarios, así como 7 grandes estudios prospectivos de cohortes (1). El análisis de los ECA (basados en 48.500 pacientes con antecedentes de enfermedad cardio-vascular o con factores de riesgo de padecer esta enfermedad) indicó una reducción del riesgo de mortali-dad del 11% en los participantes que recibieron suplementos de EPA y DHA, independientemente de la población, las características del estudio y las dosis suplementadas. El análisis de los estudios prospectivos de cohortes (con un total de 123.122 participantes) sugirió una reducción del 36% en el riesgo de muerte cardiaca, cardiovascular, o muerte cardiaca súbita con una ingesta media de hasta 0,20 gramos diarios de EPA y DHA. Este efecto no se alteró con dosis medias más altas.
Los investigadores concluyeron que una ingesta adecuada de ácidos grasos omega-3 reduce la mortalidad. El máximo efecto positivo del EPA y DHA parece estabilizarse con un consumo medio diario de 0,20 gramos. Los niveles de EPA y DHA asociados con el riesgo más bajo de mortalidad, ya sea cardiovascular o por todas las causas, coinciden con las actuales pautas dietéticas de la Dietary Guidelines for Americans 2010 (2) y las recomendaciones dietéticas y de hábitos de vida 2006 de la American Heart Association de consumir al menos dos raciones de pescado a la semana (3). No hay evidencia de que el efecto del EPA y DHA en la mortalidad cardiovascular o por todas las causas difiera entre las poblaciones y ámbitos del estudio.