Compartir

Etiquetas

  • NOTICIAS
  • 2015

Sondeos nacionales sobre nutrición - Bélgica: ELAN

Publicado

2 agosto 2015

El estrés oxidativo es una condición celular o fisiológica en la que intervienen altas concentraciones de radicales libres (especies reactivas del oxígenos) que causan daño molecular a estructuras y funciones vitales y que se ha asociado al desarrollo de varios trastornos como la aterosclerosis, las enfermedades cardiovasculares, el cáncer, complicaciones de la diabetes, degeneración macular y artritis.

A fin de limitar los efectos dañinos de las especies reactivas del oxígeno, un sistema antioxidante altamente eficaz formado por enzimas, proteínas, vitaminas (A, C y E), carotenoides, oligoelementos y otras pequeñas moléculas puede interactuar con los radicales libres y regular su producción hasta el nivel fisiológico. Si las defensas de estos antioxidantes se ven abrumada por una producción excesiva de radicales libres o no están suficientemente abastecidas por la alimentación o los suplementos, puede producirse estrés oxidativo en el organismo.

Hay varios factores que influyen en la propensión al estrés oxidativo, afectando al nivel de antioxidantes o la generación de radicales libres. La práctica regular de ejercicio y una dieta rica en carbohidratos parecen aumentar la resistencia al estrés oxidativo. Por otro lado, la contaminación del aire, el humo del tabaco, la radiación no ionizante y el estrés psicológico parecen aumentar el estrés oxidativo. E l alcohol en pequeñas dosis puede actuar como antioxidante sobre las lipoproteínas de baja densidad y, por lo tanto, tiene una propiedad anti-aterosclerótica.

El estudio de cohortes ELAN (Etude Liègeoise sur les Antioxydants), llevado a cabo en la provincial de Lieja, Bélgica, en el año 2006, fue el primer ensayo a gran escala que investigó la relación entre el nivel de estrés oxidativo y los hábitos de vida de 897 personas con edades comprendidas entre los 40 y los 60 años (1). Con este fin, se recopiló información sobre los participantes relacionada con su edad, ocupación, altura, peso, presión arterial, consumo de tabaco, alcohol y drogas, circunferencia de la cintura y actividad física. Al mismo tiempo, todos los participantes rellenaron en sus casas un cuestionario sobre alimentos para evaluar su consumo diario de frutas y verduras. Tomando como modelo tablas de composición de alimentos, se estableció una puntuación que reflejara el consumo diario de vitamina C y betacaroteno. Además, también se midieron las concentraciones de antioxidantes en el plasma a partir de muestras de sangre.

Estos valores se compararon con las concentraciones críticas de antioxidantes en el plasma definidas por el estudio MONICA de la OMS (2): unas concentraciones en el plasma de vitamina C inferiores a 50–60 micromoles/l (8,8–10,5 microgramos/ml) y de betacaroteno inferiores a 0,4–0,5 micromoles/l (0,21–0,27 microgramos/ml) se han asociado a un mayor riesgo de desarrollar cáncer y enfermedades cardiovasculares.

Resultados

  • Los hombres presentan un nivel de antioxidantes más bajo que las mujeres (coincidiendo con el estudio francés SUIVMAX).
  • El 6% de la población fue clasificado como claramente afectado por una deficiencia de vitamina C (niveles plasmáticos por debajo de los 3,5 microgramos/ml), y otro 10,3% por una sub-deficiencia (niveles inferiores a 6,2 microgramos/ml).
  • En el caso del betacaroteno, los resultados fueron bastante peores: casi una de cada dos personas (46,6%) presentaba una deficiencia de betacaroteno (niveles inferiores a 0,22 microgramos/ml).
  • Las concentraciones en el plasma de vitamina C y betacaroteno estaban claramente regulada por factores como la actividad física, el consumo de fruta, el tabaco, los contraceptivos orales y la obesidad.

Un modelo estadístico permite hacer predicciones sobre cómo unos hábitos de vida perjudiciales aumentan las probabilidades de que las concentraciones plasmáticas bajen por debajo de los 6 microgramos/ml para la vitamina C y 0,22 microgramos/ml para el betacaroteno (véase también la imagen).

REFERENCIAS

  1. Pincemail J. et al. Impact of lifestyle factors on plasma levels of vitamin C and beta-carotene in the ELAN cohort study (Liège, Belgium). SFRR Meeting, Rome, 2009; Free Radical Res. 43(1).
  2. Gey K. F. Vitamins E plus C and interacting conutrients required for optimal health. A critical and constructive review of epidemiology and supplementation data regarding cardiovascular disease and cancer. Biofactors, 1998; 7:113–174.

This site uses cookies to store information on your computer.

Más información