NOTICIAS
La ingesta de frutas y verduras podría no tener tanta influencia sobre el cáncer
7 abril 2010
El efecto protector de las frutas y las verduras frente al cáncer podría ser muy débil, según un nuevo estudio.
25 mayo 2012
De acuerdo con un reciente estudio llevado a cabo en los Países Bajos, unos niveles maternos de ácido fólico bajos al principio del embarazo podrían estar asociados con un mayor riesgo de trastornos emocionales durante la infancia.
En el estudio de cohorte de base poblacional, se midieron las concentraciones plasmáticas de folato y se evaluó el uso de suplementos de ácido fólico en mujeres durante los primeros meses del embarazo (1). Por otra parte, también se evaluaron los problemas emocionales y conductuales en 3.209 niños de 3 años. Los resultados mostraron que los hijos de madres con deficiencia prenatal de ácido fólico tenían un mayor riesgo de sufrir trastornos emocionales, pero no de conducta. Asimismo, los niños cuyas madres comenzaron a consumir suplementos de ácido fólico más tarde o no utilizaron ningún tipo de suplementos presentaban un riesgo más elevado de trastornos emocionales que aquellos cuyas madres empezaron a tomar los suple-mentos antes de la concepción.
Los investigadores concluyeron que unos niveles adecuados de ácido fólico materno al comienzo del embarazo parecen estar relacionados con un menor riesgo de trastornos emocionales en los hijos. En estudios anteriores ya se había asociado el estado prenatal de ácido fólico de la madre con trastornos del desarrollo neurológico, si bien la asociación con problemas emocionales y conductuales en los niños sigue sin estar clara.
7 abril 2010
El efecto protector de las frutas y las verduras frente al cáncer podría ser muy débil, según un nuevo estudio.
30 abril 2019
La vigésima edición de las Journées Interactives de Réalités Pédiatriques (JIRP), un importante congreso pediátrico que se celebra en Versalles (Francia) para informar de los estudios y avances científicos sobre salud infantil, giró en torno a la importancia de las grasas alimentarias, incluidos los ácidos grasos poliinsaturados de cadena larga DHA (ácido docosahexaenoico) y ARA (ácido araquidónico). Siga leyendo.
15 marzo 2013
Pr. David Spiegelhalter, Universidad de Cambridge, Reino Unido