La deficiencia de niacina puede provenir de una ingesta dietética inadecuada de vitamina B3 (niacina) y/o triptófano, un aminoácido dietético a partir del cual se puede sintetizar también NAD (3).
Otras deficiencias nutricionales (p. ej., de vitamina B2, B6 o hierro) también pueden contribuir al desarrollo de una deficiencia de niacina.
Los síntomas más comunes de la deficiencia de niacina afectan a la piel, el sistema digestivo y el sistema nervioso (2).
Los síntomas del último estadio de una deficiencia grave de vitamina B3 (niacina), una enfermedad llamada pelagra, incluyen inflamación de la piel (dermatitis), vómitos, diarrea, dolores de cabeza, fatiga y pérdida de memoria. Si no se trata, la pelagra termina siendo mortal (3).