De acuerdo con un nuevo estudio estadounidense, el betacaroteno podría disminuir el riesgo de diabetes tipo 2 en personas con una variante genética común, mientras que la vitamina E (gamma-tocoferol) podría incrementarlo.
El estudio analizó los datos existentes sobre las posibles interacciones de 18 variantes de genes previamente asociadas con un mayor riesgo de diabetes tipo 2 y los niveles en sangre de sustancias implicadas en esta enfermedad (1). Los resultados revelaron que las personas portadoras de dos copias de una de las 18 vari-antes genéticas muestran una asociación estadísticamente muy significativa entre los niveles sanguíneos de betacaroteno y un menor riesgo de diabetes tipo 2. Por otra parte, las personas que tienen estas variantes de genes podrían presentar un riesgo más elevado en combinación con unos niveles sanguíneos altos de gamma-tocoferol, la principal forma de vitamina E en la dieta estadounidense. Sin embargo, las concentra-ciones en sangre de alfa-tocoferol –otra forma de vitamina E que se encuentra en la mayoría de los suple-mentos– no demostraron ninguna interacción perjudicial con la variante del gen ligada a la predisposición.
Los investigadores comentaron la necesidad de que se lleven a cabo otros estudios para aclarar si el beta-caroteno y el gamma-tocoferol tienen un efecto nocivo y protector, respectivamente, o si son simples mar-cadores cuyos niveles en sangre se corresponden con la presencia o ausencia de alguna sustancia, proceso o defecto que sea un auténtico factor causal. El betacaroteno y el gamma-tocoferol parecen interactuar con la misma variante (SLC30A4) que codifica una proteína abundante en las células de los islotes pancreáticos productores de insulina, donde la proteína ayuda a transportar el zinc a estas células. Esto, a su vez, provo-ca la liberación de insulina, cuya adecuada secreción en el páncreas y eficaz absorción en el músculo, el hígado y el tejido adiposo permite contrarrestar la peligrosa acumulación de glucosa en la sangre y, a la larga, la aparición de diabetes tipo 2. Los genomas de alrededor de un 50-60 por ciento de la población estadounidense portan dos copias de esta variante genética, la cual, como se ha demostrado en estudios anteriores, confiere un riesgo ligeramente mayor de contraer diabetes tipo 2. Los científicos señalaron que estos nuevos hallazgos confirman que el betacaroteno diabetes tipo 2.