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Una fórmula infantil enriquecida con ácidos grasos esenciales podría ayudar a mejorar el desarrollo cognitivo

Publicado

2 septiembre 2013

Un nuevo estudio realizado en Estados Unidos informa de que los bebés que fueron alimentados con una formula enriquecida con ácidos grasos poliinsaturados de cadena larga desde su nacimiento hasta los 12 meses lograron mejores resultados en varias pruebas de inteligencia.

En el ensayo controlado aleatorizado, se alimentó a 81 bebés desde su nacimiento hasta los doce meses con una de cuatro fórmulas: tres de ellas con diferentes niveles de ácido docosahexaenoico (17, 34 o 51 mg DHA/100 kcal) y ácido araquidónico (34 mg ARA/100 kcal) y otra fórmula con ácidos grasos poliinsaturados de cadena larga (1). A partir de los 18 meses y hasta los 6 años, se evaluó cada seis meses a los niños mediante pruebas cognitivas específicas y estandarizadas adaptadas a su edad. Los resultados del estudio revelaron que, si bien a los 18 meses los niños que recibieron la fórmula enriquecida no obtuvieron mejores resultados en las pruebas que el grupo de control, a los 3 años mostraron un mejor rendimiento en pruebas de laboratorio más detalladas sobre varios aspectos de la función cognitiva. Concretamente, los niños que recibieron la suplementación mostraron un desarrollo acelerado en tareas detalladas de discriminación de formas, aprendizaje de reglas e inhibición entre los tres y los cinco años de edad.

Los investigadores señalaron que los resultados de otros estudios de suplementación anteriores han sido divergentes, si bien muchos de estos estudios se basaron principalmente en el rendimiento de los niños en pruebas estándar de desarrollo infantil a los 18 meses. Los resultados del nuevo estudio respaldan el plante-amiento de que los estudios sobre nutrición y cognición deberían incluir evaluaciones más completas y sen-sibles que se apliquen varias veces durante la primera infancia.

Se sabe que el ácido graso omega-3 DHA afecta el desarrollo del cerebro y de los ojos. Los bebés lo obtienen de sus madres antes del nacimiento y hasta los dos años. Dado que la dieta norteamericana es deficiente en fuentes de DHA como el pescado, existen numerosos estudios que han investigado los posibles beneficios de las fórmulas enriquecidas en el desarrollo de los niños. El ácido graso omega-6 ARA también está presente en la leche materna y se emplea en fórmulas infantiles.

REFERENCIAS

  1. Colombo J. et al. Long-term effects of LCPUFA supplementation on childhood cognitive outcomes. American Journal of Clinical Nutrition. 2013; 98(2):403-412.

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