Una ingesta alta combinada de vitamina C y vitamina E, betacaroteno, luteína y zeaxantina a partir de los alimentos puede reducir la frecuencia de daño cromosómico en personas expuestas a radiaciones ionizantes, según un nuevo estudio.
El estudio examinó la asociación entre la frecuencia de translocaciones cromosómicas, como biomarcador del daño acumulativo del ADN, y la ingesta de vitaminas C y E y carotenoides en 82 pilotos aéreos de sexo masculino (1). Los resultados mostraron que una ingesta alta de antioxidantes en la dieta estaba asociado a un importante descenso del daño en el ADN inducido por la radiación ionizante (RI), una de las causas de cáncer.
La ingesta de antioxidantes, capaces de neutralizar las especies reactivas del oxígeno (ROS) generadas de forma endógena o exógena, se ha investigado a fondo en relación con el deterioro del ADN y el riesgo de cáncer. La radiación ionizante (RI) es un factor probado de cáncer humano y un eficaz inductor de anomalías cromosómicas, el cual también ha demostrado estar asociado a un mayor riesgo de cáncer en estudios prospectivos. Los pilotos aéreos están expuestos a altos niveles de RI cósmica.
En décadas pasadas, numerosos estudios en animales o in vitro han sugerido que los antioxidantes puede ofrecer protección frente varias formas de daño en el ADN inducidas por la RI. Hasta la fecha, se dispone de escasos datos en humanos que respaldan estas asociaciones. Entre los antioxidantes alimentarios, las vitaminas C y E y el betacaroteno han sido el foco de atención de la mayoría de las investigaciones.