Según un reciente estudio, tener unos niveles plasmáticos bajos de vitamina E en los primeros tres meses de gestación puede elevar el riesgo de una pérdida precoz del embarazo.
El estudio observacional midió las concentraciones sanguíneas de vitamina E de 1605 mujeres de Bangladesh embarazadas con una edad gestacional media de 10 semanas y documentó los casos de aborto natural (1). Los resultados revelaron que las mujeres con unos niveles bajos de alfa-tocoferol (por debajo de 12,0 micromoles/L) y gamma-tocoferol (por debajo de 0,81 micromoles/L) presentaban un riesgo significativamente más alto de aborto.
Los investigadores señalaron que la vitamina E (tocoferoles) parece desempeñar una función importante en la defensa oxidativa porporcionando mecanismos que protegen la unidad materno-feto-placentaria. El estrés oxidativo puede producirse por una mayor producción de especies reactivas de oxígeno o una deficiencia de las defensas antioxidantes causada por una ingesta insuficiente de antioxidantes, una disminución de la síntesis de antioxidantes o un mayor uso de los mismos (2). El aumento del estrés oxidativo y la consiguiente peroxidación lipídica se han asociado con complicaciones en el embarazo como la preeclampsia (3) y el aborto espontáneo (4). Por ejemplo, en pacientes que han sufrido abortos de repetición se han observado unos niveles elevados de peróxido lipídico en plasma y unas concentraciones bajas de vitamina E (5).