Según un nuevo estudio realizado en Alemania, las bajas concentraciones de betacaroteno y de vitamina C en sangre podrían estar relacionadas con un mayor riesgo de perder funciones cerebrales.
En el estudio observacional, se midieron las concentraciones en sangre de vitamina C, vitamina E, betacaro-teno, licopeno y coenzima Q10 de 74 participantes con deterioro cognitivo leve y de 158 sujetos de control sanos pareados por edad y género (1). Los resultados del estudio mostraron que las concentraciones en sangre de vitamina C y de betacaroteno eran significativamente más bajas en las personas con demencia que en los sujetos de control, incluso tras adaptar los resultados a la educación escolar, el consumo de suplementos en dieta, el tabaquismo, el índice de masa corporal y el consumo de alcohol. No se hallaron relaciones con la vitamina E, el licopeno ni la coenzima Q10.
Los investigadores comentaron que estos hallazgos indican que existe una relación relevante entre los nive-les en plasma de vitamina C y de betacaroteno y el riesgo de demencia. La hipótesis de que los antioxidan-tes podrían tener efectos beneficiosos en los cambios subyacentes relacionados con el desarrollo de la demencia es de gran importancia y de confirmarse ayudaría a fomentar un mayor consumo en dieta de alimentos ricos en antioxidantes. Sin embargo, serán los datos a largo plazo los que puedan aportar mayor información sobre esta relación.
Se cree que el estrés oxidativo desempeña un papel central en el desarrollo de la enfermedad de Alzheimer (EA), la forma más común de demencia en las personas de edad avanzada. Los antioxidantes podrían evitar el desarrollo de la EA puesto que se ha confirmado con estudios epidemiológicos a gran escala que el consu-mo en dieta de vitamina C y de vitamina E está relacionado con un menor riesgo de sufrir esta enfermedad (2, 3). Algunas publicaciones hallaron una relación significativa entre el consumo de vitamina E y el deterioro cognitivo y la demencia (4, 5). Sin embargo, hay otros estudios que no respaldan la relación entre el uso combinado de suplementos de vitamina E y C y un menor riesgo de EA (6).