Según un reciente estudio realizado en Alemania, los pacientes con demencia leve tienen unas concentraciones en sangre de antioxidantes como la vitamina C y el betacaroteno considerablemente más bajas.
En el estudio observacional, se midieron los niveles sanguíneos de vitamina C, vitamina E, betacaroteno, licopeno y coenzima Q10 en 74 pacientes con demencia leve y 158 personas sanas de edades comprendidas entre los 65 y los 90 años (1). Los resultados revelaron que las concentraciones séricas de vitamina C y betacaroteno eran considerablemente más bajas en los pacientes con demencia leve que en el grupo de control.
De acuerdo con los investigadores, estos resultados indican se podría influir en el desarrollo de la enferme-dad de Alzheimer (EA) aumentando el consumo de antioxidantes en la dieta, si bien se necesitan más estu-dios sobre los posibles factores dietéticos de riesgo para poder intervenir en la aparición y desarrollo de la EA.
Los síntomas característicos de la EA se atribuyen a la pérdida de sinapsis y a las alteraciones en el cerebro causadas por las placas beta-amiloide. Se cree que el estrés oxidativo podría favorecer el desarrollo de la EA, mientras que los antioxidantes ayudarían a proteger contra la neurodegeneración.