Respecto a la eficacia de los suplementos de antioxidantes en los ensayos aleatorizados controlados, sus beneficios para la salud son estadísticamente significativos sobre todo en la población caracterizada, de forma general, por el riesgo de padecer deficiencias de micronutrientes, incluyendo los miconutrientes que favorecen el sistema de defensa antioxidante (25). Esta relación sugiere que los suplementos dietéticos podrían ser más eficaces en la prevención o el tratamiento de enfermedades crónicas en aquellas personas que hagan un consumo inadecuado, aunque no manifiesten síntomas de deficiencia.
Los expertos sugieren que las razones por las que se dan hallazgos contradictorios están ligadas al diseño de los ensayos aleatorizados controlados (25-28). La mayoría de los ensayos realizados hasta ahora:
- Ha estudiado el efecto de los suplementos de antioxidantes en la prevención secundaria de enfermedades. Sin embargo, la mayoría de estudios observacionales ha investigado la prevención primaria. Por lo tanto, mientras que las cantidades adecuadas de antioxidantes alimenticios o suplementos de antioxidantes consumidas en un periodo largo de tiempo por sujetos sanos puede, en efecto, prevenir o retrasar el desarrollo de enfermedades crónicas, tratar a pacientes diagnosticados de estas enfermedades con antioxidantes de suplementos no tiene por qué derivar en beneficios significativos.
- Ha evaluado los efectos del tratamiento antioxidante junto a la terapia estándar multi-fármacos, la cual puede anular los potenciales efectos beneficiosos de los antioxidantes estudiados.
- No ha determinado los niveles de antioxidantes, tales como los del plasma de las vitaminas C y E, o los niveles de estrés oxidativo al principio del estudio ni en la siguiente suplementación. Sin esos datos, es imposible saber si la suplementación tuvo el efecto deseado de aumentar los antioxidantes y/o disminuir los niveles de estrés oxidativo en los sujetos estudiados.
- Ha analizado la eficacia de los suplementos solamente con uno o dos nutrientes antioxidantes en enfermedades multifactoriales. Por lo tanto, puede que los ensayos no se hayan beneficiado del todo de las interrelaciones dinámicas entre estos nutrientes y otros componentes (p. ej., micronutrientes adicionales) del sistema de defensa antioxidante.
En general, los ensayos aleatorizados controlados están limitados a la hora de probar la eficacia y la seguridad de los nutrientes, ya que fueron creados para probar fármacos. Mientras que las intervenciones con fármacos están diseñadas para curar una enfermedad que no se produce por la ausencia de éstos, los nutrientes evitan disfunciones que podrían resultar de su consumo inadecuado (29). Además, los fármacos están hechos generalmente para tener efectos concretos, duraderos y con un objetivo de acción específico. Aparte de eso, los efectos de los fármacos se pueden probar contrastándose con un grupo no-expuesto (placebo), mientras que es imposible o poco ético hacerlo con un grupo de consumo cero de nutrientes (30). Sin embargo, los ensayos aleatorizados controlados se consideran la prueba de referencia para evaluar intervenciones dietéticas y por lo tanto cuentan con la atención de la mayoría de los meta-análisis sobre este tema.
La eficacia del consumo de micronutrientes antioxidantes dentro de unos hábitos de vida saludables depende del estado inicial del sistema de defensa antioxidante y del nivel de estrés oxidativo de cada sujeto. Además, la(s) dosis de micronutriente(s) y el umbral de concentración para la acción de cada nutriente son también relevantes. El umbral de consumo adecuado de cualquier nutriente así como sus niveles en sangre y tejido dependen de las necesidades específicas del sujeto al que afectan parámetros como la edad, el sexo, el estado de salud, el estilo de vida y factores genéticos (ver también “Insuficiencia de micronutrientes: también una cuestión de genes”). Reducir el riesgo de enfermedad y retrasar su progreso mediante un consumo adecuado de antioxidantes es una cuestión que ha de tratarse a largo plazo.