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  • OPINIÓN EXPERTA
  • 2012

La investigación sobre nutrición en los medios de comunicación

Publicado

15 agosto 2012

The Harvard School of Public Health, Boston, EE. UU.

“La investigación científica es muy compleja. Existen muchos tipos diferentes de estudios, cada uno de los cuales se distinguen por determinados puntos fuertes y débiles. Los estudios pueden facilitar relaciones establecidas (evidencia) así como asociaciones posibles y probables, por ejemplo, entre la ingesta de nutrientes y la reducción del riesgo de enfermedad. La ciencia de la nutrición ha adoptado las reglas de la medicina basada en la evidencia, considerando los ensayos aleatorios controlados con placebo (EAC) como el más alto estándar de evidencia científica debido a las fuertes relaciones casuales que infieren. Sin embargo, los expertos critican que los criterios de la medicina basada en la evidencia no encajan en el contexto nutricional, por lo que no se pueden medir los efectos de los nutrientes y de los suplementos dietéticos de la misma manera que los de los medicamentos (véase Buscando pruebas en las ciencias de la nutrición y ¿Qué conocimientos se puede esperar que aporten los estudios de suplementación con micronutrientes?). Por consiguiente, los meta-análisis que utilizan EAC pueden tener una validez limitada, especialmente cuando sus criterios de inclusión de estudios son cuestionables, omiten ciertas pruebas y comparan estudios que, en realidad, no son comparables (véase ¿Aumentan los suplementos con antioxidantes la mortalidad? y Análisis de la relación beneficio/riesgo de los suplementos de antioxidantes).


Uno de los aspectos más importantes a tener en cuenta es de qué manera un determinado estudio mencionado en los medios de comunicación se relaciona con la evidencia existente sobre un tema.

  • ¿El estudio se ha llevado a cabo en animales o en humanos?
    Los ratones, las ratas y los monos no son personas. La mejor forma de entender cómo afectan los nutrientes a la salud humana casi siempre es realizando estudios en personas.
  • ¿Se informa simplemente sobre los resultados de un único estudio? En ese caso, ¿cómo se relaciona con otros estudios sobre el tema?
    Es muy raro que un estudio aislado sea lo suficientemente influyente como para que sus resultados motiven a la gente a modificar su comportamiento.
  • ¿Qué envergadura tiene el estudio?
    Los estudios grandes suelen ser más fiables que los pequeños.
  • ¿Ha tenido en cuenta el estudio criterios reales de evaluación de la enfermedad?
    Las enfermedades crónicas, como las cardiopatías y la osteoporosis, a menudo tardan muchas décadas en desarrollarse. Para evitar esperar tanto tiempo, los investigadores a veces consideran marcadores de estas enfermedades, como el estrechamiento de las arterias o la densidad ósea. Estos marcadores, sin embargo, no siempre derivan en la enfermedad. Además, es importante que el criterio de valoración analizado sea el objetivo primario de la investigación y no un aspecto secundario para cuya investigación no ha sido diseñado el estudio.
  • ¿Cómo se ha evaluado la dieta?
  • Algunos métodos de evaluación de la dieta son mejores que otros. Las concentraciones de nutrientes en sangre son, por ejemplo, mas válidas que las cantidades de nutrientes consumidas. Un buen estudio debe tener evidencia de la validez de los métodos.


Muchas (si no todas) las noticias de los medios de comunicación acerca de los peligros de los suplementos, por ejemplo, parten de la base de que los principales estudios sobre vitaminas han obtenido en su mayoría resultados decepcionantes y, en algunos casos, incluso han demostrado efectos nocivos. Sin embargo, la investigación científica resulta demasiado compleja como para ser tratada con ecuanimidad en un simple artículo periodístico. La mayoría de los estudios más conocidos que sirven a los medios de comunicación para publicar artículos sobre los efectos perjudiciales de los suplementos de micronutrientes no ofrecen información concluyente aplicable de forma general:

  • Estos estudios se llevaron a cabo en personas enfermas o expuestas a un alto riesgo para la salud (como fumadores y personas que han trabajado con amianto), por lo que no pueden considerarse como ensayos de medidas preventivas;
  • En estos estudios a menudo se administraron micronutrientes en dosis muy altas (en numerosas ocasiones las cantidades recomendadas por las autoridades sanitarias), lo cual no refleja el comportamiento típico de los consumidores;
  • Principalmente utilizan micronutrientes aislados, aunque es sabido que la interacción de nutrientes combinados (por ejemplo, las multivitaminas) puede contribuir significativamente a aportar beneficios para la salud.

Uno de los ejemplos más representativos lo constituyen dos estudios de la década de 1990, los cuales sugieren un aumento del riesgo de cáncer de pulmón en fumadores habituales y personas que trabajan con amianto que consumieron dosis elevadas de betacaroteno(10 veces la dosis recomendada) durante años (1,2). No todos los ensayos con betacaroteno mostraron este efecto dañino. Sin embargo, muchos medios de comunicación adoptaron este dato como una advertencia general contra los suplementos que contienen betacaroteno, ignorando el hecho de que los posibles efectos nocivos se manifestaron en grupos de alto riesgo de cáncer de pulmón que tomaron dosis excesivas. En ocasiones, los medios de comunicación también presentan los resultados positivos de una forma generalmente negativa. El estudio SU.VI.MAX (3), por ejemplo, reveló una reducción del 31% en el riesgo de cáncer y del 37% en la mortalidad general entre hombres que tomaron una combinación de vitaminas y minerales antioxidantes. Estos efectos no fueron tan claros en las mujeres, ya que (a diferencia de los hombres) tendieron a presentar suficientes concentracio-nes de nutrientes en sangre al principio del estudio. Como suele ser habitual, los informes de los medios de comunicación solo mencionaron que no hubo efectos en las mujeres, reproduciendo así el estudio con un cariz básicamente negativo.

A pesar de que muchos artículos están escritos de una forma parcial y simplista, algunos de los puntos negativos que exponen sobre los suplementos dietéticos son válidos: lo ideal sería una dieta equilibrada y variada que satisfaga las necesidades de micronutrientes. Los suplementos dietéticos pueden cubrir carencias nutricionales, pero no pueden compensar un estilo de vida que sea poco saludable en general. En cuanto a las dosis de suplementos, los consumidores deben guiarse por las recomendaciones de las autoridades sanitarias”.

Fuentes: Harvard School of Public Health. The Nutrition Source – Nutrition Research and Mass Media: An Introduction. Published online 2012.

REFERENCIAS

  1. Albanes D. et al. Alpha-tocopherol and beta-carotene supplements and lung cancer incidence in the alpha-tocopherol, beta-carotene cancer prevention study: effects of base-line characteristics and study compliance. J Natl Cancer Inst. 1996; 88:1560–1570.
  2. Omenn G. S. et al. Effects of a combination of beta-carotene and vitamin A on lung cancer and cardiovas-cular disease. N Engl J Med. 1996; 334:1150–1155.
  3. Hercberg S. et al. The SU.VI.MAX Study – A Randomized, Placebo- Controlled Trial of the Health Effects of Antioxidant Vitamins and Minerals. Archives of Internal Medicine. 2004; 164(21):2335–2342.

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