Compartir

Etiquetas

  • OPINIÓN EXPERTA
  • 2011

La teoría de la selección

Publicado

1 febrero 2011

“La evolución nos ha equipado con un mecanismo de selección ('The Triage Theory'). Cuando hay una deficiencia de micronutrientes en nuestro cuerpo, este los reserva para la supervivencia a corto plazo y la reproducción, lo que supone que la reparación del ADN se desactiva y aumenta el riesgo de desarrollar enfermedades crónicas a largo plazo. Cada vez que sufrimos una carencia de micronutrientes, estamos pagándolo con daños a largo plazo en el ADN. Si queremos alcanzar una máxima esperanza de vida, debemos satisfacer nuestras necesidades de micronutrientes a lo largo de nuestra vida. La teoría de la selección aporta razones para creer en un vínculo causal entre una pequeña deficiencia crónica de un micronutriente y muchas enfermedades degenerativas que acompañan el envejecimiento, tales como el cáncer, disfunción inmunológica, deterioro cognitivo y enfermedades y accidentes cardiovasculares. La teoría de la selección prevé que optimizando el consumo de los alrededor de 40 micronutrientes esenciales se reduciría el riesgo de enfermedades crónicas asociadas al envejecimiento y aumentaría la esperanza de vida. Si la teoría es correcta, la incidencia de estas enfermedades podría reducirse con una sencilla intervención con micronutrientes (1, 2).

La teoría de la selección sugiere que a lo largo de la evolución la naturaleza ha hecho que el organismo sea capaz de crear un nuevo equilibrio del metabolismo, como resultado de los periodos de escasez de micronutrientes que requieren las proteínas para realizar su función correctamente. Este nuevo equilibrio asegura la supervivencia del organismo mediante un metabolismo sano, cuyas carencias resultan en la acumulación de daños insidiosos que conllevan consecuencias a largo plazo como las mencionadas anteriormente, incluyendo enfermedades crónicas del envejecimiento. Que la naturaleza haya desarrollado un sistema así es lógico y coherente con la idea extendida de que la selección natural favorece la supervivencia a corto plazo para la reproducción, a costa de la salud a largo plazo. Hay, por ejemplo, una conocida selección entre órganos: Si se tiene una carencia de hierro, el cuerpo lo toma del hígado antes que del corazón porque tomarlo de ahí supondría la muerte. Y una de dichas consecuencias a largo plazo son los daños causados al ADN, relativamente de poca importancia cuando la persona está desnutrida, pero que pueden resultar en cáncer 20 años más tarde. A lo largo de los millones de años de evolución hasta hoy, es posible que a menudo se diera escasez de micronutrientes. Por ejemplo, los 15 minerales esenciales no están distribuidos de igual forma en la tierra. Las fuentes de alimentación y su disponibilidad también fluctuaban de forma notable.

El consumo de micronutrientes por debajo de los niveles recomendados se da especialmente en países pobres, pero también en países desarrollados en todos los segmentos de la sociedad, especialmente en los pobres, los niños, los adolescentes, personas con problemas de sobrepeso y ancianos. Las dietas desequilibradas, ricas en calorías y pobres en micronutrientes empeoran el problema. Alrededor de la mitad de la población de EE: UU. hace un consumo inadecuado de magnesio, casi todos los norteamericanos de origen africano tienen niveles muy bajos de vitamina D, y gran parte de la población sufre una carencia de otros micronutrientes tales como ácidos grasos omega 3potasiocalciovitamina Cvitamina E y vitamina K (3, 4). Los resultados pueden ser perjudiciales para el cuerpo. Por ejemplo, cuando el consumo de vitamina K es limitado, como ocurre en la dieta media occidental, el cuerpo utiliza el poco que encuentra para proteger funciones metabólicas críticas en el hígado. Por desgracia, esto deja a otras proteínas dependientes de la vitamina K, como las asociadas al crecimiento de los huesos, la prevención del cáncer y la protección del corazón contra la aterosclerosis, sin la cantidad suficiente de dicha vitamina para funcionar debidamente. El resultado es que el cuerpo corre el riesgo de desarrollar enfermedades relacionadas con el envejecimiento como el cáncer, enfermedades del corazón y osteoporosis.

La preocupación social asociada a este fenómeno es baja, ya que no se han relacionado niveles marginales o moderados de deficiencia directamente con ninguna patología explícita. La teoría de la selección sugiere que las patologías asociadas a la deficiencia de micronutrientes son insidiosas, pero nosotros creemos que son perceptibles. Nuestra hipótesis es que dos de las muchas consecuencias insidiosas de la deficiencia de micronutrientes son, por un lado, los daños en el ADN (posible cáncer en el futuro) y por otro lado el deterioro mitocondrial (producción de oxidantes mutagénicos, posible cáncer y disfunción cognitiva) como aspectos de la respuesta de selección. Igualmente, también aumenta el riesgo de sufrir patologías tales como enfermedades cardiovasculares y disfunción inmunológica (5). Se sabe además que estas consecuencias se agravan con la edad.

Es normal que las proteínas se deformen con la edad: por ejemplo, las membranas se endurecen por la oxidación, deformando las proteínas de las membranas y en particular las mitocondrias. Estos cambios relacionados con el envejecimiento a menudo dan lugar a proteínas ( enzimas) con una unión disminuida por una coenzima o sustrato dependiente de las vitaminas, lo que da lugar a una actividad enzimática limitada. Se ha demostrado que esta actividad enzimática limitada puede restablecerse al menos parcialmente mediante el suministro de altas dosis del componente de la vitamina de la coenzima correspondiente (6). Esto lanza la cuestión de si las vitaminas en altas dosis podrían ser beneficiosas para los ancianos. Estas observaciones también refuerzan la importancia de tener en consideración la edad para las recomendaciones dietéticas.

Además, se ha comprobado que algunas variaciones genéticas (polomirfismo de nucleótide simple), en las cuales la unión de las coenzimas que dependen de las vitaminas y por lo tanto la actividad enzimática es limitada, se compensan mediante un consumo alto de la correspondiente vitamina. Este remedio dietético ilustra la importancia de entender los efectos de los polimorfismos para unos niveles óptimos de micronutrientes. Un determinado porcentaje de la población podría requerir un nivel más alto de una vitamina en particular o de un sustrato para un funcionamiento óptimo del organismo. Creemos que el análisis de las constantes de unión es el comienzo de un vasto campo que hará posible superar una amplia gama de cambios genéticos nocivos mediante la intervención dietética. La hipótesis de la selección podría propiciar el descubrimiento de biomarcadores específicos de las insuficiencias de micronutrientes que podrían usarse para optimizar el metabolismo a nivel individual y de población.

Varias líneas de investigación sugieren que podríamos tener una vida más saludable mejorando nuestro metabolismo. Prestando más atención a las dietas equilibradas y optimizando el consumo de micronutrientes se podría conseguir un efecto importante en el retraso de las enfermedades degenerativas del envejecimiento. En mi opinión, en el futuro la gente irá a medir sus niveles de micronutrientes con una pequeña extracción de sangre en sus farmacias locales y ajustará su metabolismo modificando su dieta o tomando suplementos: El principio de una era de verdadera medicina preventiva.”

Oakland, EE: UU:, 2010

REFERENCIAS

  1. Ames B. N. A theory of evolutionary allocation of scarce micronutrients by enzyme triage: adequate micronutrient nutrition to delay the degenerative diseases of aging. Proceedings of the National Academy of Sciences of the United States of America. 2006; 103:17589–17594.
  2. Ames B. N. Optimal micronutrients delay mitochondrial decay and age-associated diseases. Mechanisms of Ageing and Development. 2010; 131(7-8):473–479.
  3. McCann J. C. and Ames B. N. Vitamin K, an example of triage theory: is micronutrient inadequacy linked to diseases of aging? American Journal of Clinical Nutrition. 2009; 90(4):889–907.
  4. Moshfegh A. et al. What We Eat in America, NHANES 2001-2002: Usual Nutrient Intakes from Food Compared to Dietary Reference Intakes. U.S. Department of Agriculture, Agricultural Research Service, 2005.
  5. Ames B. N. and McCann J. C. Foreword: prevention of cancer, and the other degenerative diseases of aging, through nutrition. In: Knasmüller S. et al. Chemoprevention of Cancer and DNA Damage by Dietary Factors. Weinheim, Germany: Wiley-VCH; 2009.
  6. Ames B. N. Prevention of Mutation, Cancer, and Other Age-Associated Diseases by Optimizing Micronutrient Intake. J Nucleic Acids. 2010.

This site uses cookies to store information on your computer.

Más información