Los telómeros son estructuras de nucleoproteínas que se encuentran en los extremos de los cromosomas, mantienen su estabilidad y evitan que estos se fusionen por los extremos durante la división celular. Se ha demostrado que una degeneración de los telómeros puede conllevar una inestabilidad cromosómica total, factor importante de riesgo de padecer cáncer (6, 7). Así pues, se sospecha que el acortamiento de telómeros podría ser uno de los mecanismos fundamentales que determinan la tasa de envejecimiento en las células (8, 9). Existen estudios que indican que una deficiencia de ácido fólico y de ácido nicotínico, junto con un aumento del estrés oxidativo, pueden acelerar la disfunción telomérica. Estos desequilibrios metabólicos podrían explicar las asociaciones observadas entre el acortamiento de telómeros y algunas circunstancias, como obesidad, estrés psicológico, disfunción inmunológica y enfermedades cardiovasculares (10-15).
Bajo condiciones deficientes de ácido fólico, la base uracilo se incorpora en el ADN, en lugar de timidina, provocando una rotura del cromosoma. Además, el ácido fólico y la vitamina B12 juegan un papel crítico en el mantenimiento de la metilación del ADN que, además de ser importante para el control de transcripción de la expresión genética, determina la estabilidad estructural de regiones importantes de los cromosomas. Hay pruebas importantes de que defectos en el proceso de metilación del ADN pueden provocar disfunciones teloméricas excesivas (16). Por este motivo, es posible que la deficiencia de ácido fólico u otros donantes de metilo provoquen una inestabilidad telomérica al causar un mantenimiento no adecuado de la metilación. El ácido nicotínico (niacina) es otro micronutriente dietético conocido por el papel fundamental que juega en la integridad del cromosoma y la disminución del riesgo de padecer cáncer
(17, 18).
Los daños al ADN, lípidos y proteínas provocados por especies reactivas de oxígeno se pueden controlar con antioxidantes (como son las vitaminas C y E), al igual que los mecanismos enzimáticos como el superóxido dismutasa y la catalasa (19). Bajo condiciones concretas, como niveles altos de radicales libres y/o niveles bajos de antioxidantes, puede darse una inestabilidad, quedando sobrepasadas las capacidades de prevención y de reparación. En estudios realizados in vitro se ha encontrado un tratamiento antioxidante que previene el desgaste de los telómeros y prolonga la vida de las células (20); de todas formas, no está claro si también se pueden obtener efectos similares in vivo.