«Una publicación reciente (1) concluyó que “el caso está cerrado: complementar la dieta de personas adultas que tienen un buen estado nutricional con (en su mayoría) suplementos minerales o vitamínicos no aporta un beneficio claro e incluso podría ser prejudicial”. En primer lugar, sería poco científico hacer recomendaciones sobre el valor de los suplementos alimenticios empleando los resultados de estudios clínicos en los que no se evalúa el estado nutricional de los participantes. En segundo lugar, al hacer esta engañosa conclusión, los autores ignoraron décadas de investigación en nutrición y evaluación de la dieta de la población estadouni- dense. Aunque una dieta equilibrada es la mejor forma de obtener los nutrientes esenciales (excepto la vita- mina D y, para las personas vegetalistas y los adultos mayores, la vitamina B12), pocas personas en los Estados Unidos siguen las Guías Alimentarias para los Estadounidenses. En consecuencia, la mayoría de personas en los Estados Unidos no está “bien nutrida” y no cumple las recomendaciones del Instituto de Medicina en cuanto a la ingesta de todas las vitaminas y minerales esenciales. Más del 93 % de las personas no logra obtener a partir de la dieta, incluyendo los alimentos enriquecidos, el Requerimiento Promedio Esti- mado (RPE) de vitaminas D y E, el 61% no logra obtenerlo para el magnesio y aproximadamente el 50 %
no lo logra para la vitamina A y el calcio (2). Adicionalmente, el 98 % de las personas no cumple con la ingesta adecuada de potasio y el 71 % no la cumple para la vitamina K (2). Muchos de estos porcentajes son aún mayores en algunas subpoblaciones con mayores requerimientos de micronutrientes, las cuales incluyen adultos mayores, afroamericanos y personas obesas. Por el contrario, las personas que toman a diario sup- lementos multivitamínicos y minerales formulados de acuerdo a aproximadamente la cantidad diaria reco- mendada (Daily Value), llenan muchas de estas carencias nutricionales de forma efectiva, segura y con bajo costo: un suplemento multivitamínico y mineral de alta calidad cuesta tan solo 3 centavos de dólar por día (3) y su consumo prolongado no está asociado a efectos adversos para la salud (2, 4).
La mencionada publicación (1) declara que “el betacaroteno, la vitamina E y posiblemente altas dosis de sup- lementos de vitamina A aumentan la mortalidad”. Tan solo cerca del 0,1 % de las personas adultas en los Estados Unidos excede el nivel máximo tolerable de ingesta (UL, por sus siglas en inglés) de vitamina E a causa del consumo de suplementos en altas dosis, y aproximadamente el 1,1 % excede el UL de vitamina A (2). Es bien sabido que la vitamina A no debería ser consumida en forma prolongada en cantidades super- iores al UL debido a que ello puede causar hipervitaminosis y defectos congénitos, y que las personas que fuman deberían evitar los suplementos de betacaroteno debido al mayor riesgo de padecer cáncer de pul- món. El metaanálisis de varios estudios aleatorizados controlados que asegura que el consumo de suplemen- tos de vitamina E en altas dosis aumenta la mortalidad (1) ha sido rebatido por varios metaanálisis más completos (5).
Las conocidas funciones biológicas de los micronutrientes incluyen el mantenimiento de la función normal de las células y los tejidos, el apoyo al metabolismo, el crecimiento y el desarrollo sirviendo como cofactores esenciales o componentes estructurales de miles de enzimas y otras biomoléculas, entre otras funciones. Por ejemplo, las vitaminas A y D, el hierro y el zinc desarrollan funciones de fundamental importancia para la inmunidad innata y la inmunidad adaptativa, y el folato es indispensable para el desarrollo neurológico. Los suplementos multi- vitamínicos y minerales que contienen ácido fólico reducen fuertemente el riesgo de defectos del tubo neural y su uso se recomienda a mujeres en edad reproductiva. Los suplementos multi- vitamínicos y minerales también pueden ayudar a reducir el riesgo de desarrollar enfermedades crónicas. El estudio clínico más grande y extenso que se ha realizado hasta la fecha, el PHS II (Physicians’ Health Study II), halló una reducción estadísticamente significativa del 8 % en la incidencia de cáncer en general en médi- cos del sexo masculino (excluyendo el cáncer de próstata, en el que la reducción es del 12 %), así como una reducción estadísticamente significativa del 9 % en la incidencia de cataratas en general y del 13 % en la incidencia de catarata nuclear (4). Estos resultados concuerdan con los de muchos otros estudios clínicos aleatorizados y son impactantes si se tiene en cuenta que, por la naturaleza de su diseño, estos estudios tienen una capacidad limitada para revelar los beneficios de los nutrientes –a diferencia de los fármacos– en las enfermedades crónicas (6).
Por lo tanto, tomar un suplemento de multivitaminas y minerales al día no solo ayuda a llenar las carencias nutricionales conocidas que se dan en la dieta de la mayoría de las personas en los Estados Unidos –asegur- ando de ese modo una función normal del organismo y ayudando a mantener un buen estado de salud–, sino también podría tener el beneficio adicional de ayudar a reducir el riesgo de padecer algunas enferme- dades crónicas. Dar entonces el caso por cerrado, negar el valor de la investigación más profunda y calificar los suplementos multivitamínicos y minerales como inútiles, perjudiciales y un desperdicio de dinero (1) es erróneo, no se basa en la ciencia establecida para su indicación primaria y desinforma tanto al público como a la comunidad médica».
Basado en: Frei B. et al. Enough is enough [Letter]. Ann Intern Med. 2014; 160(11):807.